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miercoles 08 de mayo del 2024

El rosarino que sobrevivió al sismo: “Lo que se vive es traumático»

Por Tatiana Pace

Franco Ayala es un rosarino que reside en México hace tres meses, país azotado hace dos días por un terremoto de 7.1 grados de la escala de Richter que dejó más de 248 muertos. En diálogo con Rosario Nuestro, el joven se mostró consternado por la terrible situación que le tocó vivir y que padecen decenas de familias.

«El terremoto nos tomó de sorpresa porque la alarma sísmica no había sonado», comenzó Ayala. “A mi justo me agarró en el lobby del edificio así que rápidamente pude salir a la calle y comencé a ver como se derrumbaban los edificios. La verdad que fue muy fuerte todo”, relató con tristeza.

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El rosarino se encontraba en la Rivera Maya pero hace dos semanas y medias atrás se instaló en el Distrito de México. “Estoy viviendo en una de las colonias más afectadas que es Colonia Norte”, explicó y contó que por el momento va a quedarse ahí hasta el viernes para cuidarse y luego retomar su viaje.

«El clima que se está viviendo acá es muy fuerte y triste. Cada vez es más la gente que aparece muerta, muchas personas desaparecidas, edificios derrumbados. Sinceramente la ciudad está de luto», describió conmocionado.

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Con respecto a sus sensaciones cuando comenzó el temblor, contó: «En el primer momento pensé que estaba mareado y de la nada la gente empezó a gritar. Quedé en estado de shock porque sinceramente no entendía nada de lo que estaba pasando”.

Franco habló de la desesperación de la gente que perdió familiares y viviendas enteras y destacó la solidaridad de los rescatistas y habitantes. “Lo más importante ahora es ayudar a la gente que lo necesita. La verdad que México se solidarizó bastante”. No obstante, reveló que por otro lado se viven situaciones de inseguridad: «Lo que está pasando es como ahora la policía y los bomberos están ejerciendo sus tareas, muchas personas se están aprovechando de la situación y salen a robar».

El rosarino lamentó: «Sinceramente es muy traumático, muy feo todo lo que se vive: ver gente herida, desesperada, bajo los escombros. Yo tuve un Dios aparte, pero muchas personas no tuvieron esa oportunidad. Es algo que no me voy a olvidar más”.