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martes 30 de abril del 2024

El Ramadán, «una escuela para el alma»

Por: Gina Benditti

Ya se había escondido el sol y el reloj marcaba las siete de la tarde cuando Adrián Assad Hadad y Muhammad Akhlaq, Secretario y Presidente de la Asociación Unión Islámica – Mezquita de Rosario me recibieron en la mezquita del centro de la ciudad. El edificio es llamativo, pero la mayoría de los peatones de la calle Mendoza suelen pasarlo por alto. Al momento de mi llegada el lugar se encontraba un poco alborotado: había terminado el ayuno del día y era hora de comer. Unos minutos después emprendimos camino hacia una de las oficinas más silenciosas. Frente a mis ojos había una taza de té y varias dudas que ansiaban ser contestadas.

La comunidad islámica fue fundada en Rosario el 29 de enero de 1932, pero, según los registros, la comunidad comenzó a trabajar aproximadamente en 1925 para tener un espacio religioso. Hoy en día funciona en distintos lugares de la ciudad, en casas particulares y en otras instituciones de origen árabe, como por ejemplo la Sociedad Libanesa. No se sabe con exactitud en qué año la comunidad logró adquirir la sede.

Cuando la comunidad inició en Rosario, había al menos 500 cabezas de familia. Hoy hay, sin embargo, un 10 por ciento de asistentes. “Eso quiere decir que hubo un proceso de asimilación muy grande, se asimilaron tanto a la sociedad que se terminaron por perder sus valores religiosos”, señaló Adrián, secretario en la Mezquita,  y agregó un detalle: que los musulmanes se adaptaron de una forma excelente al país.

Actualmente no hay un Imam designado. Por eso, quien cumple la función de guiar la oración es el presidente de la Asociación, Muhammad Akhlaq, ya que es una persona con mucho conocimiento y reúne ciertos requisitos por sobre el resto de la comunidad.  Durante muchos años hubo Imames de distintos países, incluso argentinos que habían estudiado en universidades del mundo islámico.

El Islam no es una religión nueva, sino que es la confirmación de otras religiones que la antecedieron y el ayuno, según explicó Akhlaq, es un pilar muy importante de todas las religiones monoteístas. Hoy en día, la comunidad se encuentra finalizando el Ramadán, conmemorando la aparición del profeta Muhammad, quien vino a reivindicar las prácticas perdidas. “Nuestro profeta fue enviado con la misión de corroborar y completar lo que trajeron otros profetas”, manifestó Adrián.

El Ramadán se encuentra dentro de los cinco pilares más importantes de la religión. Este año comenzó el miércoles 16 de mayo y culminó este jueves 14 de junio. Durante el mes se realiza una abstención de comida y bebida. Para aquellos que son casados, la abstención de relaciones maritales desde el alba hasta el ocaso, o sea, hasta que se esconde el sol. Si bien el hecho de ayunar es la parte física, hay mucho más detrás de eso. Todas la recompensas durante el mes se ven multiplicadas. “Es por eso que estamos más predispuestos que de costumbre durante este tiempo”, manifestó Adrián.

El ayuno comienza en el noveno mes del calendario lunar, por lo que todos los años se corre diez días hacia adelante. Según las explicaciones de Adrián, esto es tomado como una misericordia de Dios, ya que en algunos años, en otros países ayunarán en invierno menos tiempo, y en otros lo harán en verano por más horas. “La ley de Dios siempre es justa, él ama la justicia”.

Según Akhlaq, el mes del Ramadán trae muchas bendiciones. La obligatoriedad del Ramadán es para todos, excepto para enfermos, para los que están de viaje, para las mujeres que están menstruando, las que están en período de post parto y las que están amamantando. “A mí me gusta decir que el Ramadán es una escuela para el alma”, dice y explica que  durante este mes quienes participan tienen que lidiar con las pasiones más cotidianas, las bendiciones que uno tiene constantemente y que no son apreciadas porque justamente, son cotidianas. “Uno experimenta lo que experimentan nuestros hermanos que no comen ni beben porque no tienen para hacerlo”.

Durante este mes, la comunidad, más allá de abstenerse de alimentos y bebidas, pone el foco en lo espiritual. El enfoque está en cuestiones religiosas, en aumentar los rezos, las plegarias, en ser más solidarios. “Son actividades descuidadas cuando uno está inmerso en la vida cotidiana”, manifestó Adrián y agregó que debido a esta filosofía, el ayuno es durante un momento del día y la idea no es pasar hambre y sed extremas o enfermarse. Con respecto a las oraciones, normalmente, se reza cinco veces al día. Al alba, al mediodía, media tarde, ocaso y a la noche, pero durante el Ramadán se realizan oraciones especiales por la noche. En esta ocasión, la mezquita recibió a dos imames de Sudáfrica que recitan el Corán entero dividido en treinta partes.

Con respecto a la situación y lucha de las mujeres en Argentina, tanto Adrián como Akhlaq mencionaron el hiyâb. “Por el sistema de vida de acá, las mujeres no lo usan. Si intentan usarlo, por ejemplo para ir al banco, no las dejan entrar”, manifestó el presidente de la Asociación y agregó que muchos patrones no quieren ver a las mujeres con la prenda, considerándolas ridículas. “El hiyâb no es solamente para los musulmanes, si te fijas, los cristianos hasta ahora hacen a la virgen María con la misma vestimenta que las mujeres musulmanas”, dijo y agregó que en los países islámicos, todas las mujeres lo usan.

En Argentina, según Adrián, se está muy lejos de la situación islamofóbica que se vive en Europa. “Yo creo que acá es más un tema de desconocimiento que de odio”, refiriéndose a que acá a la mujer que es vista con el hiyâb, se la trata de extranjera.  “Nuestras mujeres acá gozan de varios derechos, por ejemplo sacarse la foto del documento con su hiyâb, es más, creo que pasa más por ignorancia que por odio o racismo”, remarcó.

Los hombres también tienen un código de vestimenta. Lo que se hace es cubrir el aura, o sea, las partes privadas que no deben mostrarse a otro, salvo al esposo, esposa o familia. “Los varones tenemos uno que debe cubrir por encima del ombligo y por debajo de las rodillas”, señaló Adrián. “Yo siempre menciono que en general estamos acostumbrado a entender ciertas decisiones y otras no”, dijo Adrián y ejemplificó que nadie se horrorizaría si una mujer quiere usar bikini y que nadie le preguntaría si quiere usarla o no, pero las mujeres del Islam que deciden cubrirse, son asociadas con una obligación de pareja, cuando en realidad la obligación es con Dios.

En la mezquita se realizan diversas actividades, encuentros familiares, clases de idioma árabe, entre otras. Las clases están abiertas a gente de la comunidad y gente que no pertenece. Se brindan recorridos a universidades y escuelas. “Queremos compartir lo que es el Islam con la gente. Somos una mezquita de puertas abiertas”, finalizó Adrián.