18°
martes 30 de abril del 2024

Luis Machín y el desafío de una historia cercana

El sol atraviesa el vidrio del enorme hall en un mediodía de otro diciembre caluroso. Cuando llega, enfundado en bermudas y camisa mangas cortas, saluda a sus compañeros que lo esperan con el café terminado. Luis posa para las fotos con naturalidad. Está acostumbrado a estos trajines propios del oficio. Luis es Luis Machín, quien en diálogo exclusivo con Rosario Nuestro, brinda detalles sobre la película «Faxman. Milagro de otoño», escrita y dirigida por su coterráneo, Néstor Zapata, otro de los protagonistas de la charla.

Ya dispuestos alrededor de la mesa redonda de madera oscura, Machín rompe el hielo para extenderse sobre la pieza que los encuentra nuevamente trabajando juntos. Faxman cuenta la historia de un actor que recorre pueblitos para mostrar su arte. «Apenas leí los primeros cuatro párrafos del guión, entendí por qué Néstor sentía que lo tenía que hacer yo. Es una historia entrañable para nosotros, algo que hemos transitado durante mucho tiempo», explica.

Con Zapata se conocen desde hace décadas. El trencito de Analía y Malvinas, fueron dos de las obras gracias a las que compartieron largas giras por Santa Fe con el grupo teatral Arteón. «Todo eso está condensado en Faxman», dice el actor. De ahí el entusiasmo y la familiaridad con los que se embarcó en el proyecto, cuyo rodaje transcurrirá en los venideros meses de abril y mayo, en Rosario, el sur de Santa Fe y algo del norte bonaerense.

Esa serie de travesías ruteras por la provincia «fue una etapa fundante»en el desarrollo de su carrera. Para él la película es una forma de reencuentro con ese momento tan fuerte que lo une a Zapata y también una manera de agradecer esos años de formación. «Yo nunca más hice otra cosa que actuar», indica e insiste en la necesidad de retribución por lo que considera los cimientos de su oficio.

Franco Trovato Fuoco

Por su parte, el realizador también en camisa pero con pantalón, mira alrededor del salón y resalta la admiración hacia Machín, por su entrega. «Luis es un orgullo para Rosario. Me hace muy bien escucharlo porque es recuperar las raíces», dice Zapata, que siente que «está de vuelta», y se extiende: «He visto sus últimas obras de teatro y me volví loco. Sus monólogos me dejaron sin palabras». Enseguida, cuenta que Faxman no es un «invento de trasnochados autores ni un proyectito de la mente de algún intelectual. Es una historia de vida (enfatiza la palabra vida). Nosotros hemos vivido el teatro, la campaña, las giras. Hemos vivido la lucha por una profesión».

Franco Trovato Fuoco

El director, que escribió el guión junto a Julián López, precisa algunos datos sobre el nombre del film. «Faxman fue en los años ’60 un gran medium, un  ilusionista italiano de alcance mundial, que por su gran fama estaba haciendo una gira por América y visitó Argentina. Estuvo en Buenos Aires y Rosario, donde llenaba la sala todas las noches en forma infernal, en el ex teatro Olimpo. Hacía levitación, hipnotismo, de todo… a la gente le encantaba».

Zapata mira alrededor del hall. Está entusiasmado con el proyecto y siente cierto privilegio de concretarlo en un período delicado para el séptimo arte nacional. «Es un desafío muy grande. Estamos haciendo cine en un momento en que el país está amenazando al cine argentino, en el que la prepotencia al trabajo se impone. Estamos haciendo cine con el corazón», cierra.

Durante todo el diálogo, el libro de la película reposa sobre la mesa. Cuesta mucho no espiarlo.  La foto de tapa refuerza la centralidad del otoño en la historia. Es una imagen repleta de hojas secas y con un auto verde en la soledad de la ruta. Luis Machín y Néstor Zapata se despiden.