Hace poco más de un mes Javier Messina, un artista callejero conocido como «Dios Punk», se quitó la vida. Javier padecía esquizofrenia y había sido víctima de una falsa denuncia por abuso sexual. Su muerte consternó a sus familiares y amigos, pero también a personas de la escena cultural rosarina. En el under Messina era una figura muy querida. Así las cosas, Dimas, un dibujante local decidió rendirle homenaje pintando un mural con su cara en pleno centro de la ciudad.
«No juzguen sin conocer», reza la obra ubicada en una pared en Corrientes entre Santa Fe y San Lorenzo, una zona muy frecuentada por el Dios Punk. En el mural, Javier está caracterizado con una capa negra, una guitarra enchufada a un amplificador y un perro; todos elementos que formaban parte de su realidad.
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En octubre de 2018 la voz de una joven que aseguraba que el muchacho de 39 años la había drogado para aprovecharse de ella circuló a través de las redes sociales, escenario en el cual Messina fue blanco de hostigamientos que debilitaron aun más su frágil salud mental, pese a haberse demostrado su inocencia. Su foto se viralizó y desde entonces el escrache se volvió imparable. No soportó las presiones y decidió abandonar este mundo dejando una familia hecha trizas.
