En un discurso en Nueva York, el expresidente republicano de Estados Unidos, George W. Bush declaró en contra de las políticas migratorias de Donald Trump. Además, el ex mandatario, que estuvo en el cargo entre 2000 y 2008, hizo referencia a la violencia discursiva que se ha apoderado del país desde la llegada a la Casa Blanca del multimillonario mediático.
En el marco de un foro llamado «El espíritu de la libertad: en casa, en el mundo», el expresidente republicano, sin nombrar a Trump ni una sola vez, fue desmontando uno a uno los principios que abandera el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
No hizo falta que mencionara al actual mandatario para entender a quién se refería. «Las personas de todas las razas, religiones y etnias pueden ser completa e igualmente estadounidenses», señaló Bush, al comentar cómo podían hacer frente a los desafíos internacionales del Siglo XXI. Un mensaje totalmente distinto al que ha transmitido Trump desde que llegó a la Casa Blanca, con órdenes como el veto migratorio.
Por otra parte, criticó el aislacionismo, la xenofobia y la violencia discursiva del nuevo presidente. «El fanatismo y el supremacismo blanco son formas de blasfemia contra el credo americano; la identidad real de nuestra nación radica en los ideales civiles». Y agregó: «Vemos caer la confianza en los valores del mercado libre y nos olvidamos del conflicto, la inestabilidad y la pobreza que trae consigo el proteccionismo. Asistimos al regreso de los sentimientos aislacionistas, olvidando que la seguridad de América está directamente amenazada por el caos y la desesperación engendrados en lugares lejanos».
Luego de muchos años alejado de la política, Bush volvió al ruedo y generó una gran sorpresa con su exposición, considerando que ambos integran el mismo partido. A pesar de que Trump lo había criticado por el atentado contra las Torres Gemelas, por la guerra de Irak y por su mala respuesta frente al huracán Katrina, el ex presidente nunca había respondido. Hasta ahora. Tal es así, que al abandonar el evento donde pronunció su discurso, le preguntaron a Bush si creía que su mensaje llegaría a la Casa Blanca. Con una sonrisa, respondió: “Sí”.
