Un verdadero caos se generó este jueves por la mañana en Circunvalación y Maradona por una protesta protagonizada por un grupo de familias que fueron desalojadas de un predio y decidieron cortar la calle. También hubo quema de cubiertas y tensión con los automovilistas y camioneros.
La policía se hizo presente en el lugar para disuadir a los manifestantes que se negaban a abandonar el terreno, usurpado hace tiempo. Finalmente, logró que habilitaran la mano que va a hacia el norte.
Además, intervino personal de Control Urbano. Los damnificados anticiparon que acamparían frente a la Municipalidad en caso de no recibir una respuesta por parte de las autoridades.
Frente a las cámaras de televisión, dos mujeres denunciaron hechos de violencia e inseguridad en la zona y ausencia de funcionarios locales.
Una de las desalojadas también acusó agresión durante el operativo. Contó que se asentó allí con su hijita de 9 años por una situación de violencia familiar en su casa y destacó que la mayoría de quienes se establecieron allí tienen una situación similar: “Acá no hay hombres, son todas madres solteras”.
«La represión no puede ser la respuesta, la respuesta tiene que ser una vivienda», exigió Celina Tidoni, abogada del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH) que estaba presente en el lugar junto con otras organizaciones sociales como la Corriente, Clasista y Combativa (CCC).
Sin embargo, la jefa de la policía de Rosario, Margarita Romero, destacó que el procedimiento fue pacífico y ordenado.
No obstante, en horas del mediodía, una vez concluido el desalojo, pero mientras seguía el corte sobre Circunvalación, hubo momentos de tensión entre la policía y los manifestantes. Los uniformados retuvieron a una mujer, Silvia, embarazada de 4 meses, quien se descompensó pero se negó a ser traslada en ambulancia.
«Nosotros queremos un pedacito de tierra y por eso nos mandar a la Policía. El Presidente en la pandmeia nos ha pedido que nos quedemos en casa pero nosotros no tenemos. Vinieron los agentes y una milica me dijo ‘andate negra de m, sos quilombera y no te queremos acá’ y me pegó una patada sabiendo que estoy embarazada. Me dijeron que me iban a sacar el bebé por la boca», manifestó la mujer mientras se quebraba en llanto.
«Estamos cansados de vivir de alquiler, tengo la tarjeta alimentar y tres chicos que mantener. Si hoy me voy de acá no tengo donde vivir», cerró.
