Tras la gran victoria de Corea del Sur 2-0 sobre Alemania que provocó la eliminación del último campeón del mundo de Rusia 2018, era de esperar que el recibimiento para el equipo asiático fuese con todos los honores.
Sin embargo, los fanáticos coreanos no tomaron para nada bien la eliminación en primera fase y cuando arribaron al Aeropuerto de Incheon, si bien fue un grupo reducido, les arrojaron huevos y almohadones con los colores de Gran Bretaña.
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Llamativamente, más teniendo en cuenta que Corea sólo fue protagonista del Mundial que organizó junto a Japón en 2002 cuando quedó en el cuarto lugar, algo similar sucedió tras la eliminación en la fase de grupos de Brasil 2014 cuando les arrojaron dulces típicos, lo cual en este país de Asia es ofensivo.
