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viernes 19 de abril del 2024

Para un reconocido filósofo, el 45% de los argentinos no está en ninguno de los lados de la grieta

Lo afirmó el ensayista Alejandro Katz, en relación a las diferentes manifestaciones que se realizaron el país. Explicó que buena parte de la sociedad no se identifica con el kirchnerismo ni con el macrismo.

Este jueves distintas manifestaciones se llevaron adelante tanto en la ciudad de Rosario como en el país. Por un lado, organizaciones gremiales, políticas y sociales se mostraron a favor de la intervención y expropiación de la agroexportadora Vicentin. En otro orden, se desarrolló una movilización contra la estatización que luego se transformó en una protesta contra el kirchnerismo y la cuarentena que decretó el Estadio nacional. Las mismas se llevaron adelante en el Monumento Nacional a la Bandera en diferentes horarios. En este marco, el filósofo y ensayista, Alejandro Katz, analizó lo que dejó este 9 de julio, Día de la Independencia.

Las marchas se replicaron en más de 70 localidades de la Argentina bajo la consigna «Banderazo por la libertad». La protesta realizada en Buenos Aires se vio teñida por incidentes: un grupo de personas rodeó al móvil de C5N a los gritos, exigiendo que se retirara de la zona, mientras insultaba a los ocupantes del vehículo. «Yo me preguntaría por qué hay gente que sale a confrontar con otra gente de este modo. Lo que vemos es eso que se llama grieta y polarización, es algo que se ve en otros lugares del mundo, aquí eso tiene un rasgo que es propio de nuestra sociedad», dijo Katz durante una entrevista al aire del programa El Puente que se emite por Radio Mitre Rosario.

De esta manera, el filósofo explicó «lo estudios realizados muestran con bastante claridad que los radicalizados de un lado y del otro no son la mayoría de la sociedad, hay un 30% de la población que apoya experiencias radicales con las posiciones extremas del kirchnerismo mas duro y posiblemente un 25% que apoya lo representado por Bullrich, Picheto y el mismo Macri, el resto de la sociedad no se identifica ni con uno ni con otros, no toma partido sino que trata de premiar a los que son menos confrontativos. Ahora bien, ¿por qué la gente sigue saliendo a expresar la bronca y el odio que tienen contra los demás y porque no hay una expresión política de esa moderación?».

Asimismo, para el ensayista el problema está en que «en los sectores radicalizados hay propuestas simples, seguramente falsas y posiblemente incumplibles pero las hay y sin embargo el centro político no encuentra una propuesta para hacer al conjunto de la sociedad».

Motorizada a través de las redes sociales, la convocatoria incluía protestas contra la «cuarentena boba», «los ataques al campo» y «en defensa de la Justicia y la Constitución», con epicentro en el barrio porteños de Belgrano y el microcentro, puntualmente el Obelisco, algunos distritos del norte bonaerense como Olivos, y varias ciudades del país. Para Katz, «fuera de los extremos nadie está diciendo nada acerca de cómo podríamos ser un país centrado en el bien común y no en el interés de uno ni de otros. Eso es lo que alimenta a esta gente que se entusiasma con sus propios gritos, que se siente bien cuando del otro lado hay alguien peor, que busca representantes que dicen lo que ellos piensan en lugar de asumir la responsabilidad democrática de la pedagogía política de pensar algo que la sociedad no pensó». Y agregó: «Nadie esta pensando cómo salir de la crisis de la pandemia, de los cuatro años de recesión, de los 10 años de estancamiento económico y de los 50 años que van a hacer que el producto bruto por habitante en Argentina sea igual al del año 1974».

Para finalizar, el ensayista brindó su punto de vista acerca de los líderes políticos del momento: «Cristina le puede hablar a sus seguidores, entusiasmarlos y hasta posiblemente cuidarlos con sus políticas pero luego gobernando es un desastre. Y Mauricio puede hablarle a sus seguidores e entusiasmarlos y gobernando para todos fue un desastre pero posiblemente a sus seguidores los protegió y ayudó a desarrollarse».