Después de la tormenta de la noche del miércoles, el feriado amaneció fresco en Rosario. El descenso brusco de la temperatura comenzó a registrarse desde temprano. Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la máxima será de apenas 18 grados.
Además, continúa vigente el alerta amarillo por fuertes vientos y hay altas probabilidades de lluvias, que llegarían hacia la tarde para continuar por la noche.
En tanto, el viernes, según el organismo, el agua desaparecerá y el termómetro llegará a los 24 grados. El SMN pronostica un fin de semana con máximas que rozarán los 30 grados.