Desde diferentes sectores comenzaron a cuestionar en los últimos días la aplicación del aislamiento social, preventivo y obligatorio para evitar la propagación del coronavirus. El reclamo no está vinculado a cuestiones de salud, sino netamente económicas y las consecuencias que trae el parate casi total.
En ese sentido, el ex secretario de Salud del gobierno de Mauricio Macri, Adolfo Rubinstein, habló este martes en el programa El Puente de Radio Mitre Rosario indicó que «se debe ir saliendo de forma ordenada del aislamiento preventivo y obligatorio porque está ocasionando muchos perjuicios económicos en nuestra sociedad». Y aseguró, que de lo contrario, corremos el riesgo que «sea la misma gente quien tome una forma anárquica y caótica de salida por su propia cuenta».
Con respecto al plan que aplicaría para terminar con la cuarentena, el médico expresó que en primer lugar «debe haber un plan que considere la perspectiva sanitaria pero también las graves dificultades que tiene sobre la economía real».
El ex funcionario remarcó como muy importantes algunas cuestiones «que se están diciendo pero no se están llevando a cabo», como el caso de la segmentación geográfica que implica la diferenciación de actividades en distintos lugares donde aparecen muchos casos positivos con aquellos en los que no. Para esa segmentación, manifestó que «hay que definir concretamente qué medidas se van a permitir y recomendar y cuáles no se van a poder hacer».
Por otro lado, señaló que es fundamental establecer el carácter demográfico de la salida y mencionó el carácter de riesgo que tiene mucha de la población: «Los que son adultos mayores o personas con enfermedades preexistentes la recomendación es quedarse por ahora en sus casas».
Además, dijo que es necesario definir «estrategias focalizadas con poblaciones especiales como los geriátricos, villas y cárceles», y por último, remarcó que se deben «ampliar los testeos para conocer los infectados y poder aislar a sus contactos».
Rubinstein insistió en seguir con las medidas de cuidado y prevención como uso de barbijos y distanciamiento social «por un largo tiempo y hasta que se consiga la vacuna».
«La vacuna podrá visualizarse recién dentro de un año o más, no sólo por la dificultad de su testeos y pruebas sino por su comercialización masiva», concluyó.
