Gonçalo Amaral es odiado. No por su trabajo como policía sino por su rol como escritor. Es que luego de haber sido el encargado de la búsqueda de la pequeña Madeleine McCann, el detective dedicó sus días a escribir y a provocar un escándalo de consideraciones imperiales para el Reino Unido.
En juicio con Kate y Gerry McCann, Amaral insiste en su provocadora teoría sobre la pequeña y el papel que aquella fatídica noche del 3 de mayo de 2007.
Con su libro La Verdad de la Mentira el investigador-autor ganó más de medio millón de dólares, algo que un agente pocas veces puede reunir con sus tareas diarias. Los padres de la niña presionan más para que una gran porción de esas ganancias vaya para su familia a la que considera perjudicada por la horrenda hipótesis de Amaral.
Amaral, por entonces jefe de la policía en Portugal, cree que Maddie murió en un accidente en el apartamento que arrendaban en Praia da Luz, Algarve, que sus padres fueron responsables del hecho y que ocultaron e hicieron desaparecer el cuerpo para evitar ser enjuiciados.
El caso de Maddie McCann ha despertado intriga e interés no sólo en el Reino Unido y en Portugal. La historia comenzó a circular de inmediato por todo el mundo despertando una cacería que llegó a cada rincón del planeta. También disparó un sinfín de teorías, como la de Amaral o incluso peores contra los padres de la menor.
El otro investigador
Para David Edgar, el investigador que más indagó en qué pudo pasarle a la niña de ojos claros y mirada particular, la verdad aparecerá tarde o temprano. ¿Su teoría? Maddie está viva en alguna parte de Portugal y alguien sabe exactamente dónde está y qué pasó aquella noche.
Para Edgar, el de McCann «es un caso desconcertante, pero es solucionable». Incluso, cree que quienes ahora tienen a su cargo las pericias para determinar qué ocurrió con la menor, solo conseguirán información clave una vez que los testigos que sepan dónde está se quiebren en su lecho de muerte.
«Hay personas ahí que saben qué ocurrió. La mayor esperanza para un avance significativo, incluso después de todo este tiempo, será si la conciencia de alguien se conmueve. Puede ser que la persona responsable del secuestro de Madeleine se esté muriendo y haga una confesión en el lecho de muerte, o que alguien cercano a esa persona se presente después de que haya fallecido», manifestó Edgar un mes atrás.