La discusión en el Senado sobre el proyecto para legalizar el aborto, que tiene media sanción de la Cámara de Diputados, ingresó en tiempo de descuento. Este martes se realizó la última jornada de exposiciones. La escritora, dramaturga y guionista Claudia Piñeiro fue una de las profesionales elegidas para dar su postura, la cual lanzó una advertencia a los senadores que están en contra de la aprobación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y aconsejó no dejarse llevar por los mandatos religiosos a la hora de votar en el Congreso.
Por otro lado, Piñeiro se mostró convencida del valor que tuvo el debate, tanto en Diputados, donde se le dio media sanción a la norma, como en el Senado, ya que «sirvió para que la sociedad dijera la palabra aborto sin eufemismos».
«Estoy acá porque represento a las mujeres autoconvocadas que queremos que salga esta ley. En ese sentido, no es la misma situación que cuando hablé en Diputados. Este debate sirvió mucho. Primero que todo, sirvió para que digamos la palabra aborto; antes decíamos eufemismos. Lo hablamos en nuestra casa, con nuestros hijos», remarcó.
Al respecto, fundamentó: «Esto es una de las grandes conquistas que tuvimos con el debate. El otro asunto es ver la cantidad de gente que se nos ha acercado a decirnos que se han hecho abortos. Conozco gente de 90 años que ha confesado recién ahora que se hizo un aborto. Eso también fue muy sanador«.
La escritora pidió tender «un puente» entre quienes están a favor y quienes están en contra para que «se miren y conversen» para llegar a un punto de acuerdo sobre los dos principales puntos de desacuerdo: «la constitucionalidad de ley» y «la vida».
«Tenemos que hacer que los que están a favor y en contra se miren y conversen. Que hagan un puente. Desde nuestras casas vemos muchas diferencias, presentaciones buenas y malas, pero hay dos temas en los que no se pueden poner de acuerdo: el primero es la constitucionalidad de la ley. El que dice que es inconstitucional y no da una alternativa no está actuando como legislador, sino como juez. Porque quiere dar un manto de envoltorio legal a su prejuicio», explicó.
Y siguió: «El segundo punto es el de la vida. Todos decimos que estamos a favor de la vida. Pero a veces, como sociedad, tenemos que ponernos de acuerdo en algunos conceptos. Y en otras leyes lo hemos logrado. Mírense y busquen un acuerdo como ocurrió en otras leyes, como la ley Justina. En esa ley nos pusimos de acuerdo con el concepto de vida. También con la ley de fertilización asistida. Ahí nos hacemos los tontos sobre qué pasa con los embriones que están esperando ser implantados en úteros que no existen. No hay caravana de gente por la calle pidiendo úteros para plantar esos embriones que van a terminar siendo desechados en gran parte«.
