Hace mas de un mes que en la ciudad no se registraba una lluvia consistente; salvo pequeños chaparrones que apenas mojaron las calzadas, pero que no traían consigo el alivio del fuerte calor, no hubo precipitaciones a la vista. Este lunes, sin embargo, la ciudad amaneció con otra actitud. Y es que la lluvia que arrancó en la madrugada y terminó cerca del mediodía trajo algo de calma para todos. Y trajo mucha alegría para algunos: los paragüeros, personajes emblemáticos sobre todo en la peatonal Córdoba, que salieron nuevamente a las calles y en sus caras se vio reflejada la alegría porque las ventas, evidentemente, fueron buenas.
Rosario Nuestro dialogó con ellos antes de que salga el sol de nuevo y la calma que antecedió a la humedad se esfume.
