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miercoles 08 de mayo del 2024

Alberto Perassi: «Quiero que alguien se quiebre y me diga qué hicieron con los huesos de Paula»

Paula Perassi dejó su casa de San Lorenzo el 18 de septiembre de 2011 tras recibir un llamado. La mujer de 34 años salió con la excusa de buscar la tarea para uno de sus hijos y nunca regresó. El avance de la investigación reveló que estaba embarazada de seis semanas presuntamente de Gabriel Strummia, en aquel momento, un empresario de poderosas influencias de Puerto General San Martín y uno de los principales acusados por su desaparición junto con otros tres civiles y cinco policías.

Siete años después, este jueves comenzó el juicio que decidirá el destino de los nueve imputados, según el fiscal, implicados en una sombría trama de complicidades que incluye la práctica de un aborto no consentido seguido de muerte. A la espera de declarar ante los jueces el próximo lunes, Alberto Perassi, papá de Paula, se mostró conforme con el pedido del fiscal Donato Trotta, quien solicitó prisión perpetua para Strummia; su esposa, Roxana Michl; su empleado, Antonio Díaz y la partera, Mirta Ruñisky y penas de hasta 16 años de prisión para los uniformados. 

«Me parece bien (el pedido del fiscal) después de todas las barbaridades que han hecho», aseguró en Radio Mitre Rosario«, al tiempo que contó que no pudo estar presente a la hora de lectura de los alegatos de apertura precisamente por su calidad de testigo en la causa.

Consciente de las instancias procesales venideras- por el Centro de Justicia Penal desfilarán alrededor de 200 testimonios-, Perassi indicó al periodista Lucas Ameriso: «Mi esperanza sigue siendo la misma. Yo trabajé siempre para esto, no para meter preso a nadie, sino para encontrar los huesos de mi hija. Quiero que alguien se quiebre y me diga qué hicieron con los huesos de Paula».

Desde la desaparición de Paula, Alberto Perassi tocó infinitas puertas. Su rostro recorrió la región al pedido de justicia por su hija. Pero su reclamo impactó, a juzgar por las amenazas que recibió, poderosos intereses. Para salir a la calle, Alberto usa un chaleco antibalas y se mueve acompañado por un custodio. A eso se suman dos policías que cuidan su domicilio. «Esa es hoy mi vida porque busco a una hija, porque una banda me la arrebató. Una banda capaz de hacer desaparecer a una persona en democracia sin dejar rastros», explica, pausado.

Perassi está convencido de que Strummia es el principal responsable por la muerte de Paula, que conspiró su crimen junto con los otros involucrados, que todos «esperaban que este viejo loco, que está seco, se canse o se muera», pero Alberto sigue firme a la espera de encontrar los restos de su hija , al grito de justicia por Paula. Un grito que se extendió por todas partes.