Diego Román, el nene de 12 años cuyo cuerpo sin vida había sido encontrado en un campo en la ciudad de Recreo, ubicada a 15 kilómetros de Santa fe. Ahora la investigación podría dar un giro importante tras conocerse una nueva hipótesis sobre la causa de la muerte del menor. El niño pudo haber sido atacado por una jauría de perros. A pesar de que no está confirmada, la nueva hipótesis comenzó a sonar aún más fuerte tras un informe de autopsia. Hubo un antecedente similar contra un hombre en el mismo predio. Si la hipótesis se confirma, el dueño del campo donde fue hallado, podría ser imputado por homicidio culposos.
El menor de 12 años había sido hallado muerto la noche del jueves 4 de julio, en un campo ubicado en la zona rural de Recreo. Los entrenadores del equipo de fútbol donde jugaba el chico encontraron su cuerpo con signos de mutilación, el cercenamiento parcial de sus genitales y al comienzo había recibido 30 puñaladas.
El primer informe tras el hallazgo, causó conmoción, y se reveló que recibió un castigo físico contra el menor, «flagelamiento o torturas, además de heridas de arma blanca y cortes compatibles con el intento de descuartizamiento», según el testimonio brindado por el jefe de medicina legal del Poder Judicial santafesino, Pascual Pimpinella, que también refirió «distintas heridas combinadas y superpuestas», como también muchas lesiones superficiales, las cuales algunas podrían haber sido echas en vida. En ese marco llegó a hablarse de malos tratos contra el niño propinados por su entorno familiar.
Las atrocidades del hallazgo, aportaban confusión a la hora de establecer los motivos, la causa de la muerte y los responsables. Durante julio, tras doce días del hallazgo, la fiscal Ana Laura Gioria, anunció la decisión de convocar a profesionales de Gendarmería Nacional para que colaboren en el extraño caso con una nueva autopsia con lamirada forense, de entomólogos, anatomopatólogos, odontólogos, bioquímicos y radiólogos.
Sobre la nueva hipótesis, en medios de la capital de Santa Fe, trascendió que el ataque de la jauría sustentaría que las heridad que sufrió el menor no serían de una arma blanca. Y otro dato que algunos incorporan tiene que ver con otros ataques similares perpetrados por perros en el mismo campo.
