El Grupo Razzini evalúa cerrar las puertas de dos de sus empresas por amenazas por parte del sindicato de Camioneros. Verónica Razzini, una de las titulares de las compañías, denunció que desde el gremio amedrentan a directivos y a otros trabajadores exigiendo que los empleados pasen a formar parte del sindicato de Camioneros.
«Nosotros desde el 8 de junio que estamos viviendo una pesadilla, el sindicato de camioneros llegó con un acampe a dos de las empresas del grupo y vinieron con la pretensión de cambiar a los empleados de sindicatos, con un atropello terrible por parte de ellos», detalló Verónica en diálogo con El Puente de Radio Mitre Rosario. Además, contó que hubo un bloqueo por parte del sindicato, que no dejaba entrar ni pasar mercaderías.
Luego, relató que empezaron las amenazas y situaciones violentas «de mucha tensión». «Hace casi dos meses que vivimos esto, es muy difícil. Etamos inmersos en una situación que no buscamos. La realidad es que nosotros como empresa no tenemos la potestad de resolver temas sindicales, lo tendrían que resolver las autoridades competentes en el tema», agregó.
«Tuvimos notificaciones legales desde el sindicato a partir del 3 de julio, después de un mes que no nos dejaron trabajar», continuó. Y añadió: «Tuvimos aprietes a nuestros proveedores de combustible, proveedores de escombros con camiones golpeados porque los pateaban. Es una situación descarada, la violencia y los delitos que cometieron acá son innumerables y hay una causa penal en curso».
Una de las responsables de la empresa se mostró dolida por la situación y denunció que «hasta el mismo sindicato se le fue de las manos». «El sindicato quiere que pasemos a los empleados al sindicato de camioneros, es lo que quieren desde el día 1. Dos de las empresas, son 18 en total. Ellos pertenecen a Uocra y a empleados d ecomercio, están perfectamente tipificados», dijo Razzini.
«Recién hace dos meses que compramos un camión para recicladora, para hacer repartos de nuestra mercadería. Es un solo camión de reparte, tipificado y encuadrado como corresponde», consideró la empresaria.
«Nos sentimos muy solos, dando una batalla que en Rosario no sé si hay empresa que la hayan dado. Es muy complicado venir a trabajar, estamos realmente evaluando la posibilidad de decir ‘bueno basta, hasta acá llegamos, nos dedicamos a otra cosa’. Somos una familia de emprendedores, hace 50 años comenzamos con esto. No tiene sentido esto que pasamos hoy», explicó.
«Están diciendo barbaridades, cosas que no son ciertas. Una empresa es muy difícil que avance en este país, venimos haciendo un esfuerzo enorme. Tenemos empleados tomando ansiolíticos, muy nerviosos, en cualquier momento me caen 150 personas a la puerta a amedrentar. La guardia de infantería nos cuida, tenemos que pagar de nuestro bolsillo», concluyó en Radio Mitre Rosario.
