– Argentina / Italia – 103 min – Drama / Romance
– Dirección: Agustina Macri
– Elenco: Vera Spinetta, Giulio Corso, Marco Leonardi, Luis Luque, Silvia Kutika, Fabiana García Lago, Flor Dyszel
– Crítica: Muy Buena
Hay historias necesarias, historias que necesitamos conocer y difundir. Por su metáfora, por su mensaje, por lo que transmiten. Basada en el libro “Amor y Anarquía” de Martín Caparros, Agustina Macri debuta en el mundo del séptimo arte con esta película sobre María Soledad Rosas, una joven anarquista acusada de Eco Terrorismo en Italia, en donde fue encontrada muerta mientras cumplía con la prisión domiciliaria.
Un auspicioso debut de esta joven directora con una película tan cruda como apasionante y motivadora, donde no podrás quedar apático ante los personajes. Soledad fue un espíritu libre, con la necesidad de encontrar su destino, muy firme en sus convicciones. Una joven, como tantas otras, provocadora y terca, con una coraza valiente pero tierna y llena de miedos como cualquier adolescente. Proveniente de una familia acomodada, con una buena educación e infancia feliz, Soledad nunca pudo encontrar en su entorno la contención de sus aspiraciones. Fue un ave que tuvo que dejar el nido para aprender a volar. Y voló
Vera Spinetta sobrelleva con grandeza los 104 minutos en que la película la tiene como principal protagonista. Una actuación consagratoria. En los diálogos o en los silencios, una performance contundente e inobjetable. Muy bien acompañada, tanto por el elenco local (Luis Luque y Silvia Kutica a la cabeza en el rol de padres) como por los compañeros de aventura italianos en su viaje de descubrimiento personal.
La película transcurre en 3 líneas temporales que van y vienen para darle forma a una arriesgada y muy acertada forma de narrar esta historia. Una, con planos fijos, más del tipo documental con la hermana dando testimonio a las intenciones de la directora, como para que el espectador tenga las herramientas necesarias para entender los hechos. Por otra parte, un viaje hacia el pasado, donde explora el momento de la partida de Buenos Aires y lo que la llevo tomar esa decisión. Y la tercera, la estadía italiana, la intensidad de su historia de amor con Edo y cómo de a poco fue descubriendo el mundo del anarquismo, las casas tomadas y la juventud idealista asqueada de un sistema del que se sienten expulsados. En gran parte de esto hay una brillante utilización de planos cortos con mucho movimiento, logrando un realismo intenso.
Otro factor determinante, o punto alto de la película, tiene que ver con la música. Elecciones muy oportunas acompañando la historia, como parte fundamental de la escena. Bien utilizada para manipular las emociones y tocar la fibra íntima del espectador y que este se involucre aún más con este personaje brillantemente interpretado por la hija menor del Flaco Spinetta.
Agustina Macri debuta con una película que tiene escenas muy bien logradas a través del perfecto maridaje entre música e imágenes; y que describen todo lo que la directora quiere transmitir con solvencia y simpleza. Como ejemplo paradigmático de esto puedo citar la breve escena del entierro, tan poderosa en su mensaje. Todo en su justo lugar, muy sobrio y contundente. Un film digno de ser visto, otro acierto en un gran año para el cine nacional. Una gran historia de amor y libertad.
