Un fuerte revuelo se generó en Rosario tras conocerse el video de un repartidor que fue agredido por la policía después de que le labraran un acta de tránsito en calle Mitre al 900, en pleno centro de la ciudad.
«Me estrangularon y perdí el conocimiento”, aseguró Ricardo este miércoles, a 24 horas de lo sucedido durante una entrevista televisiva con El tres. Además, expresó que solo mantuvo «una discusión en tono elevado» con los uniformados municipales y admitió que había estacionado mal su vehículo.
“Tuve una discusión con personal de Tránsito. Después de unos minutos de estar discutiendo, llamaron a la policía y los efectivos, a mi juicio sin necesidad de exigirme nada porque no había pasado de una infracción de tránsito, me piden el documento. Yo les pregunté por qué me exigían el DNI si no había cometido ningún delito, ni estaba armado y ante esa respuesta mía, dos policías se abalanzaron y me tiraron contra una puerta. Me estrangularon, y en un momento perdí el conocimiento”, indicó.
“Cuando lo recuperé, me encontré tirado contra el piso boca abajo, todo ensangrentado y esposado. Digo que perdí el conocimiento porque no podía respirar. Tenía los dos brazos sostenidos por detrás y otro policía me estaba ahorcando al punto de que no me pasaba el aire. Por eso, en un momento sentí que me desvanecí. No sé cuánto tiempo pasó, pero cuando reaccioné me encontré boca abajo, esposado y ensangrentado”.
“Me abrieron una causa judicial por amenazas y por resistencia a la autoridad. Las amenazas supuestamente fueron a los empleados de Tránsito. En la 2ª me informaron que la gente de Tránsito declaró que yo les dije que los iba a matar, lo cual es falso y ridículo. Jamás amenazaría de muerte a alguien”, agregó el conductor.
Por otra parte, remarcó que la intervención policial “no tuvo nada que ver. Mantuve una discusión verbal sin agresión y eso derivó en una brutal y desmedida agresión por parte de la policía”.
«Admito la falta de tránsito que cometí. Después hubo una discusión con los inspectores. Pero nunca me negué a entregar los papeles del auto. Grabé un video para tranquilidad mía o para defenderme ante un posible abuso. Pero insisto: en ningún momento me negué a lo que me pedían los empleados de Tránsito. Cuando llegó la policía ya había bajado del auto, y los agentes me pidieron los documentos. Yo les respondí que no había motivo para pedirme documentos, porque no había delitos ni agresión, ni amenazas, y ahí empezó la agresión de la policía”, concluyó.
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