Por Andrés Cánepa
El Frente Amplio Progresista (FAP) creció de las PASO a las generales casi 3 puntos, se quedó con votos sueltos y cree tener la plataforma para poder seguir compitiendo. Hoy la interna dentro del espacio se debate entre seguir con el rumbo de centro izquierda o aliarse a otros espacios para poder armar un gran bloque electoral contra el peronismo. Clara García es el alfil que tienen para mostrar un nuevo proyecto de gobierno socialista para la provincia, y Mónica Fein quedó revitalizada después de dos años en la retaguardia.
La campaña se inició con una disputa con el intendente Pablo Javkin por el liderazgo del espacio a nivel provincial. Después del fallecimiento de Miguel Lifschitz se precipitó una competencia interna que no iba a tardar en llegar de todas maneras. Y en esa rivalidad, Clara García venció a Rubén Giustiniani, que se había aliado con el espacio del primer mandatario municipal para fortalecer a su partido Igualdad y Participación, y al sector socialista de Eduardo Di Pollina.
Pero había mucho más en disputa que una candidatura al senado nacional. Allí el grupo del socialismo de Clara y Fein se jugaba seguir conduciendo al progresismo a nivel provincial, y hasta mantenerse con vida política a futuro. Y sorteó ese primer escollo con creces, duplicando los votos de su rival en las PASO. Sin embargo, Javkin ganó bien la interna a concejales en Rosario con Ciro Seisas a la cabeza, y relegó al tercer lugar de la lista a Verónica Irizar, la mimada del lifschitzmo en Rosario, y ex candidata a intendenta. Un plus: el intendente había hecho un acuerdo para que Miguel Cappiello, del sector de Di Pollina, se presente en la interna y reste votos a la ex secretaria de Hacienda del municipio, y lo logró con creces.
A partir de esos resultados se juntaron para las fotos, pero la relación ya no fue la misma. El socialismo cree que hay que continuar y potenciar el proyecto progresista en la provincia y en la ciudad, mientras que Javkin no ve con malos ojos construir poder con el sector de Juntos por el Cambio que siempre fue cercano a su estructura. Su relación con Lousteau y Manes, dirigentes nacionales, es de muchos años, también con Dionisio Scarpín –senador electo con quien se sacó una foto a 12 horas de haber estado en el bunker con Clara García- y su amistad con Maximiliano Pullaro es vox populi en el mundillo de la política.
Más allá del 12 por ciento recolectado en toda la provincia, el FAP conquistó 18 puntos en el Departamento Rosario y 15 en el Departamento La Capital. Los números fríos marcan que le fue mejor en los sectores medios y altos de la sociedad, y disputó el segundo lugar en esos espacios detrás de Juntos por el Cambio. Eso marca que el espacio sigue teniendo penetración sobre esos grupos, y esa es la base desde la que quieren construir el proyecto hacia el 2023.
El gran desafío que tienen es salir de la sensación de pasado y poder construir una visión de futuro. El socialismo ha quedado sumergido en una nostalgia de sus tres grandes líderes contemporáneos, como Binner y Lifschitz, fallecidos, y Bonfatti, hoy lejos de la política, y quiere mostrar expectativa de futuro, con un aplomo desde la experiencia y desde los cuadros medios que tienen que ganar protagonismo.
Lo cierto es que Irizar va a ser concejala, Mónica Fein diputada y Clara García se erige desde la Cámara baja provincial como la sucesora del espacio progresista. La grieta llegó a la provincia y se siente cada día más fuerte, pero desde el lifschitzmo se niegan, por ahora, a caer en la misma, buscando aglutinar las voluntades de quienes no se sienten cómodos ni de un lado ni del otro. Son dos largos años por delante, y la tendencia a la polarización les juega en contra. Pero esto es política y todo puede pasar en un plazo tan extenso. Le queda una ficha para poner en el paño, y será un pleno al 23.
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