Luego de marcados contrapuntos entre las partes antes del comienzo de la autopsia al cuerpo de Carlos Orellano, quien apareció muerto en el río tras haber salido a bailar a un boliche de La Fluvial, la fiscalía aseguró que el procedimiento se realizó «con total normalidad». Finalmente, ante la denuncia de presuntas irregularidades, la familia del joven fallecido logró el ingreso de la perito al Instituto Médico Legal (IML), aunque sin participación activa en la práctica.
La autopsia al cadáver de Bocacha-como lo llamaban sus amigos- se extendió hasta pasada la medianoche del martes. La intervención demoró en empezar por el reclamo de la familia, encabezado por Edgardo Orellano, papá del muchacho, quien públicamente sostuvo que hubo «trabas» para que la perito de parte trabaje sobre el cuerpo de su hijo.
Del otro lado, desde fiscalía, emitieron un comunicado en el que afirmaron que el procedimiento «se realizó con total normalidad sin ningún tipo de objeción de ninguna de las partes». Además, revelaron que se recabó gran cantidad de material genético enviado a peritar. En ese sentido, precisaron, se tomaron muestras hepáticas, de diversos órganos y tejidos y de sangre.
El procedimiento se llevó a cabo bajo el Protocolo de Minnesotta, empleado en crímenes en los que se sospecha la intervención de fuerzas del Estado. En este caso, de acuerdo a la defensa de Orellano, el joven murió en el marco de una golpiza recibida por parte de personal de seguridad del boliche Ming, compuesto por patovicas y policías adicionales. Habrá que esperar los resultados d elos estudios para determinar las causas del deceso.
