A través de su cuenta de Twitter, el líder venezolano compartió un video en el que el régimen reparte juguetes a niños de un barrio carenciado de la ciudad de Caracas con el mensaje: “Llegó el niño Jesús y Nicolás también, repartiendo sonrisas y alegría a los niños, niñas y a cada hogar de nuestra amada Patria. ¡Tienen todo mi amor y cariño infinito!”.
En la grabación, una voz en off afirma: “Aunque nos ataquen, nosotros estamos felices”. Y una niña que recibe una bicicleta como presente asegura: “Estoy contenta por mi bicicleta. Gracias presidente te queremos mucho”. Tras ella, se acumulan los agradecimientos de otros menores, no a Jesús, sino al presidente Nicolás Maduro.
En las vísperas de Navidad, en otro mensaje cargado de cinismo, Maduro había hecho referencia a una supuesta “recuperación económica” de Venezuela: “Sin duda, en el año 2019 tuvimos una gran victoria de la Paz y la recuperación económica, que se proyecta hacia su expansión en el 2020. ¡Venezuela está de Pie y Victoriosa!”.
Estas celebraciones estuvieron marcadas —al igual que las de los últimos años— por la situación de extrema escasez que rige en el país caribeño. Las mesas vacías, las promesas de entrega de comida que no se cumplen y los perniles en mal estado fueron algunas de las postales de estas fiestas.
Este año, los venezolanos no lograron acceder al pernil de cerdo, el típico plato principal festivo en el país junto con la hallaca, un tamal de maíz relleno con carne de res, pollo, aceitunas y uvas pasas. Dada la dramática crisis económica, el producto no pudo conseguirse por razones de desabastecimiento o económicas: su costo en el mercado supera ampliamente la capacidad de compra de la población.
El martes, Venezuela estuvo presente en el mensaje navideño del papa Francisco. El Sumo Pontífice pidió la intervención divina para que al pueblo “no le falte el auxilio que necesita”, frente a la crisis económica, política y social que afecta al país bajo el régimen chavista.