El Papa Francisco se refirió a Venezuela y su situación política y social durante el tradicional mensaje de Navidad, Urbi et Orbi, realizado en el Vaticano. La máxima autoridad de la Iglesia católica también hizo referencia a las “agitaciones sociales y políticas” que sacudieron a Latinoamérica este año.
El pontífice pidió aliento para «el pueblo venezolano, largamente probado por las tensiones». Para Francisco, el continente americano tiene «diversas naciones que están pasando un período de agitaciones sociales y políticas», de ahí que hiciera un llamamiento a la esperanza. El primer Papa americano de la historia ha insistido en la situación de Venezuela, tierra a la que le desea que Jesús recién nacido «reanime al querido pueblo venezolano, probado largamente por tensiones políticas y sociales, y no le haga faltar el auxilio que necesita».
El argentino Jorge Mario Bergoglio también puso el foco de la atención en Oriente Próximo, pensando sobre todo en los «tantos niños que sufren la guerra y los conflictos» que tienen lugar allí y en otras zonas del mundo.
Para Francisco imposible no tener en cuenta el protagonismo que Siria ha tenido en la última década y desea que los acontecimientos que siguen acaeciendo en el país «remuevan las conciencias de los hombres de buena voluntad». Y añade: «Que inspire a los gobernantes y a la comunidad internacional para encontrar soluciones que garanticen la seguridad y la convivencia pacífica de los pueblos de la región y ponga fin a sus sufrimientos». Hablando de esta región, el Sumo Pontífice no ha olvidado la situación en el Líbano, tierra a la que le desea «salir de la crisis actual y descubrir nuevamente su vocación de ser un mensaje de libertad y de armoniosa coexistencia para todos».
Francisco se había referido solo a las crisis desatadas en Latinoamérica en el vuelo de regreso de Japón el pasado 27 de noviembre cuando dijo que “hay Gobiernos débiles que no han conseguido poner orden y paz”, y se mostró partidario de “llamar al diálogo, a la paz, para que se resuelva los problemas”.
Respecto al panorama mundial, expresó: “Hay tinieblas en los conflictos económicos, geopolíticos y ecológicos, pero más grande es la luz de Cristo”.
En su repaso por los conflictos actuales, el papa recordó la guerra en Siria, la situación en Líbano e Irak y mencionó también a aquellos que son perseguidos a causa de su fe y “especialmente los misioneros y los fieles secuestrados, y para cuantos caen víctimas de ataques por parte de grupos extremistas, sobre todo en Burkina Faso, Malí, Níger y Nigeria”.
