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martes 07 de mayo del 2024

Luciano Benjamín Menéndez y un partido histórico

por Gonzalo Seeger

Luciano Benjamín Menéndez fue el jefe del tercer cuerpo, una de las cinco zonas en que la dictadura militar había dividido el país. Tenía jurisdicción y control absoluto en diez provincias del norte y su base estaba en Córdoba. Y tenía un enfrentamiento de vida o muerte con Jorge Rafael Videla. Había dos grupos: Menéndez estaba con Emilio Massera en el bando de los llamados militares “duros», mientras que Videla formaba parte de los «blandos».

En esa interna estaba la pelea por la presidencia y en ese contexto se jugó Talleres frente a Independiente por la final del Torneo Nacional de 1977. Menéndez, como propaganda y como estrategia, necesitaba que Talleres saliera campeón. El mismo Menéndez le había prometido a Amadeo Nuccetelli (en ese momento presidente de la T) ser presidente de la Asociación del Fútbol Argentino. Julio Grondona competía por el sillón de la AFA junto con Nuccetelli. Ambos presidentes representaban dos modelos contrapuestos, Nuccetelli reunidos los clubes del Interior, mientras que Grondona encarnaba una impronta más centralizada en Buenos Aires.

En la previa de las finales, el equipo cordobés jugó partidos amistosos frente a un combinado de oficiales, suboficiales y soldados del Cuerpo y de la Brigada Aerotransportada. En ese encuentro amistoso entre la T y los soldados iba a presenciar el Comandante del Cuerpo Luciano Benjamín Menéndez y el mismísimo Amadeo Nuccetelli, presidente de la entidad cordobesa.

Es el 25 de enero de 1978. En el estadio La Boutique de Barrio Jardín, Córdoba, Talleres vence 2 a 1 a Independiente y está a punto de ser campeón del fútbol argentino por primera vez. El sueño de miles de fanáticos cordobeses se estaban convirtiendo en realidad, faltan siete minutos para el final y el Rojo, que necesita un gol para torcer la historia, juega con ocho hombres frente a los 11 del equipo local. Un poco antes, Roberto Barreiro cobró un penal inexistente que le permite a Talleres (a través de Ricardo Cherini) llegar al empate y, enseguida, convalida un gol con la mano marcado por Ángel Boccanelli (en el libro El partido Rojo escrito por Claudio Gómez que retrata la historia de este partido, Boccanelli nunca acepta que marcó un gol ilícito) que revierte el marcador. Independiente pasa entonces de una ventaja inicial (gracias a un cabezazo de Norberto Outes en el primer tiempo) que lo colocaba a tiro del campeonato a este manojo de nervios detonado por un árbitro parcial, que ante las protestas dobla la apuesta y expulsa a tres jugadores: Enzo Trossero, Rubén Galván y Omar Larrosa.

“Vayan, sean hombres, jueguen y ganen”

A la arenga –inmortalizada en una bandera que desde hace años suele verse en la tribuna popular del estadio Libertadores de América- del entrenador José Omar Pastoriza a sus dirigidos, le seguirá una hazaña sin precedentes ni sucesores hasta hoy en la historia del fútbol argentino. Un zurdazo de Ricardo Bochini, con Guibaudo -arquero de Talleres- ya vencido en el suelo, le da el festejo a los diablos de Avellaneda porque con el 2 a 2 final, tras el 1 a 1 en la ida, y con la ventaja que suponían los goles de visitante- lleva el título del Nacional 77 a las calles de la ciudad bonaerense. Ese gol agrandará la leyenda de Bochini y convertirá a ocho futbolistas en héroes de media ciudad. Y el título de Independiente significará mucho más: la clave para dirimir una feroz interna en los altos mandos del Proceso de Reorganización Nacional.

El Partido Rojo, obra de Claudio Gómez y editado por Planeta, se para dentro de los márgenes de la investigación periodística, es la reconstrucción de aquella epopeya con todo el entramado político que la rodeó, en las voz de sus protagonistas. En el libro, Claudio Gómez cuenta sobre historias como la de un sobreviviente del centro clandestino La Perla que grita ese gol de Bochini pese a ser hincha de Racing, porque ese hombre sabía que ese Talleres era el Talleres de Menéndez y quería que perdiera.

Murió el represor Luciano Benjamín Menéndez