Continúa desarrollándose en Mendoza el juicio a Julieta Silva, acusada de atropellar y matar a su novio el 9 de septiembre de 2017 a la salida de un boliche. Una polémica declaración que habría dicho la acusada, inmediatamente ocurrió el hecho, generó contradicciones en la última audiencia: “Llevame presa, soy yo, yo lo maté”, habrían sido las palabras que lanzó al oficial que llegó al lugar, tras atropellar al rugbier Genaro Fortunato.
Natalia Rocha participó del operativo policial y contó, aunque no estuvo presente en los primeros minutos posteriores al hecho, que lo que sabía era en base a lo que sus dos compañeros le contaron.
La uniformada sostuvo que recordaba que le habían asegurado que la acusada había dicho esa frase. Sin embargo, Matías Nogueral, el policía que llegó primero y al que la acusada le habría dicho esa frase, negó que ese diálogo haya existido.
Siguiendo con los datos que aportó la oficial Rocha, en su declaración contó que Julieta Silva “estaba muy nerviosa y lloraba mucho. Hablaba poco, no decía que era el novio ni manifestaba a quién había atropellado”.
Además, Rocha dijo que la acusada comentó que dentro del boliche, ella y su novio fallecido habían estado bailando y que ella tenía el teléfono de él. Este dato favorece a la imputada, ya que uno de los argumentos de la defensa es que ella volvió en U porque tenía que devolverle el celular a Genaro y que no tenía intención de atropellarlo.
