La autopsia a Carlos Orellano, quien apareció muerto en el río luego de haber ido a bailar a un boliche de La Fluvial, se realizó este martes en el Instituto Médico Legal (IML) con marcados contrapuntos públicos entre las partes. El papá del joven se mostró molesto por el accionar de la fiscalía, a la que acusó de poner «palos en la rueda». Del otro lado, Alicia Cadierno, médica forense, representante del IML, aseguró que la práctica se llevó adelante «con absoluta transparencia». Asimismo, se refirió a las lesiones que presentaba el cuerpo y, aunque admitió algunos cambios de coloración que a priori pueden asociarse a golpes, también recalcó que es probable que estén asociadas a procesos de putrefacción.
«Hemos aplicado el protocolos de muerte en custodia según la adaptación de Rosario y la provincia de Santa Fe para estos casos. Desde nuestro punto de vista se ha cumplimentado con todos los requisitos en presencia permanente de 16 personas en la sala de autopsias desde que comenzó hasta que finalizó», explicó Cadierno al aire del programa Con Sentido Común, que se emite por CNN Radio Rosario.
Además, la profesional destacó que la práctica sobre el cuerpo de Bocacha-como lo llamaban sus amigos- fue filmada en su totalidad por el camarógrafo de la Policía Federal y transmitida para un grupo de personas que se encontraban en el auditorio que funciona en el primer piso del edificio. Allí, remarcó, se encontraban «el abogado de la querella, el juez de la causa y los fiscales». En ese sentido, insistió en la «transparencia absoluta» de la necropsia.
Por otra parte, Cadierno destacó que al finalizar el procedimiento «alrededor de la 1 de la mañana se firmó un acta donde todos los presentes estuvieron de acuerdo de todos los gestos que se cumplimentaron». Por eso, expresó no comprender la postura de la querella de haberse manifestado en sentido contrario. «No entiendo cuál es el objetivo», lanzó y agregó: «Se les dio lugar a los tres peritos que participaban a manifestar toda apreciación o disidencia durante las cinco horas y pico que duró la autopsia».
La médica desmintió la versión del padre de Orellano, Edgardo, quien en declaraciones periodísticas sostuvo que la perito de la querella, Virginia Creimer, había sido hostigada, «No corresponde a un instituto judicial que pretende ser serio hostigar a nadie. Tenemos a disposición de quien sea las cámaras del IML para ver que, incluso hubo saludos amables, especialmente de la doctora Creimer con el grupo de trabajo que participó».
Las lesiones
«En el examen no se han observado ningún tipo de lesiones que puedan estar fehacientemente vinculadas con la muerte», indicó Cadierno. No obstante, reconoció que había marcas en el cuerpo de Orellano que, a priori, pueden observarse como «sospechosas», producto de golpes, aunque también aseveró que es probable que correspondan a procesos de putrefacción.
«No descarto que pueda haber focos de lesiones que deberán ser confirmadas con los exámenes complementarios de anatomía patológica porque hay algunas áreas en el cadáver que tienen una coloración distinta», admitió. Sin embargo, aclaró: «Ya lo han alcanzado fenómenos putrefactivos (al cuerpo) del período cromático, así es que cambia la coloración de los tejidos blandos. Muchas veces áreas que aparecen como sospechosas de lesiones contusas, es decir golpes, pueden corresponder a zonas de más o menos putrefacción. Por eso se deja el material de anatomía patológica para discernir. Hemos dejado 30 muestras para eso».
«No tenemos signos de lesiones contusas, ni de heridas de arma blanca ni de arma de fuego que puedan estar vinculadas de manera directa con la muerte», reforzó.
