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viernes 26 de abril del 2024

La Quietud

Argentina / Francia 2018 – Drama / Thriller – 98 min
Dirección: Pablo Trapero
Elenco: Bérénice Bejo, Martina Gusman, Edgar Ramirez, Graciela Borges, Joaquín Furriel

El regreso de Pablo Trapero a la pantalla grande corona un súper agosto majestuoso del cine nacional. Tras el éxito de “El Ángel”, “Mi Obra Maestra” y “El Amor Menos Pensado” llega “La Quietud”, una película que no da respiros sin ser vertiginosa, con provocaciones permanentes para que el espectador vaya construyendo un juicio de valores donde la vara de la incomodidad es permanentemente desafiada. Una película muy sensual y sexual, en donde las relaciones prohibidas y las infidelidades pasan a un segundo plano, cuando dentro del seno de una familia acomodada se destapan las ollas de un pasado reciente, oscuro y muy real. El erotismo al servicio del mensaje final, en su dosis justa.

Dos hermanas que crecieron en el seno de una familia de clase alta del interior bonaerense en la estancia que da nombre al film, se reencuentran tras el ACV de su padre. A partir de ahi se desarrolla esta historia coral donde cada hecho o situación abre una puerta nueva dentro de la trama.
Esmeralda (Graciela Borges) aparece como la mujer fuerte dentro de esta familia de estructura matriarcal, de rasgos tradicionalistas y oligárquicos, en donde la marcada preferencia por una de sus hijas, Eugenia, y el constante conflicto con la otra, Mía, va dando pie a que fluyan las miserias del pasado que durante mucho tiempo fueron guardadas bajo la alfombra y, una vez liberadas, generan momentos de máxima tensión donde el espectador no podrá permanecer apático ante los hechos planteados por el director.

Un gran acierto de Pablo Trapero es la forma de contar la historia, con saltos en la trama que permiten madurar mejor las pequeñas lineas argumentales. Una interesante apuesta a la imagen, con planteos de cámara -planos cortos y mucho movimiento- que van llevando la historia de manera intensa. Y por si fuera poco, cuando uno cree que el hilo no podría seguir estirandose, el factor sorpresa nuevamente juega en favor de los intereses de la historia.

Destacadísimas actuaciones de todas sus protagonistas, desde la jerarquía de Graciela Borges para darle vida a Esmeralda hasta la perfecta armonía creada entre las jóvenes Martina Gusman (Mía) y Berenice Bejo (Eugenia); pudiendo lograr estas el triángulo perfecto a una historia donde los hombres son solo un condimento, necesario, pero cuyo rol en el guión solo sirve para mostrar este costado femenino e intimista de una familia que durante mucho tiempo esquivo y supo contener los secretos más oscuros.