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sábado 27 de abril del 2024

La prohibición del glifosato: distintas y adversas posturas en el Concejo

La polémica se desató en el Concejo Municipal de Rosario en la noche del jueves. Casi sobre el cierre de la sesión, el PRO en conjunto con el oficialismo presentó una modificación a la ordenanza de prohibición del glifosato que había sido votada unánimemente quince días atrás por todos los concejales. Ese mismo día por la tarde, sectores relacionados con el agro, se habían reunido con los concejales e incluso plantearon la necesidad de un audiencia pública para la discusión del tema.

Sin embargo, y de acuerdo con lo denunciado por la oposición, existieron irregularidades en la presentación de la modificación de la ordenanza, ya que no cumple con los reglamentos internos del Concejo. Por ahora la ordenanza sigue vigente hasta que el martes se trate en comisión de Ecología presidida por Osvaldo Miatello, e integrada por Carola Nin, Diego Giuliano, Carlos Comi, Agustina Bouza, Carlos Cossia y Eduardo Toniolli.

Seguramente aparecerá la resistencia al nuevo proyecto, pero todo parece indicar que tendrá despacho de mayoría para tratarse en el pleno y que se dé marcha atrás en la prohibición al glifosato. Deberán obtener cuatro votos positivos  y después sortear también la comisión de Gobierno donde la situación puede resultar más compleja.

Charly Cardozo, de la bancada de Cambiemos, y Juan Monteverde, de Ciudad Futura, dialogaron con Radio Mitre Rosario y fijaron posiciones adversas. Para Cardozo, Rosario ya tiene una ordenanza de agroquímicos de avanzada del año 2011 en donde se fijan límites, perímetros, proximidad, donde se propende que las pocas explotaciones rurales que quedan dentro de la ciudad pasen de agroquímicos a orgánico y según él, es lo que se está haciendo en el programa municipal Cinturón Verde. “En Rosario sólo se cultivan 260 hectáreas de soja, el resto de las explotaciones rurales son quintas, la idea es que estas sean orgánicas”, dijo.

Al contrario, Monteverde acusó de mentiroso a Cardozo y dijo que el lobby empresario fue a la vista de todos. “No fue ni siquiera la clásica llamada telefónica ni las reuniones privadas sino que 16 empresarios pidieron una audiencia el mismo jueves en labor parlamentaría, todos los bloques políticos los recibimos, y la verdad que la presión fue permanente de parte de las cámaras agropecuarias y de las empresas vinculadas a los agronegocios”, explicó.

Sobre la discusión y debate que se dio casi en el cierre de la noche del jueves en el recinto, Cardozo indicó que lo único que hicieron fue ingresar un proyecto de ordenanza para que la semana que próxima se trate, “si existen las voluntades”, en la comisión de Ecología y de Gobierno. “Nosotros no impusimos nada, no hay manera de imponer que no sea a través de los votos de las mayorías parlamentarias, tanto en el recinto como en las comisiones.

Para el edil de Ciudad Futura, lo más importante en términos políticos y simbólicos, es que desde Rosario se dé un mensaje que diga que este modelo de agricultura intensiva “no es sustentable, tiene unos pocos ganadores y muchos perdedores”. Según Monteverde, el lobby se hizo escuchar con figuras del poder real, como el presidente de la Bolsa de Comercio. “La verdad es que nunca vi que algo se haga a tan plena luz del día”, expresó.

En cambio, Cardozo atenuó las cosas. Dijo que no se midió el impacto que esto podía tener, siendo Rosario el eje central y el polo agro exportador más grande del mundo. “Más allá de que tiene sólo 260 hectáreas cultivadas con soja, el impacto de la prohibición en Rosario puede generar un efecto cascada muy peligroso y que se replique en otros lugares del país y de la provincia”, expuso.

“La comodidad nuestra era tirarle toda la presión a Mónica Fein para ver si lo vetaba o no antes del 12 de diciembre, que es el último plazo. La verdad es que decidimos ponernos los pantalones largos, en principio, exigirle a la intendenta que cumpla con la ordenanza del 2011 ya que no se cumple, hay un sólo inspector para controlar la áreas rurales”, replicó Cardozo.

Sobre el tratamiento del tema, Monteverde reconoció que desde hace tiempo vienen trabajando. “Quizá otros bloques como el PRO, que no trabajan seriamente, no lo vieron. Nosotros sabíamos de la importancia de esto, en términos concretos por la cantidad de hectáreas que quedan en Rosario en las cuales se utiliza el glifosato que es un dato que el común de la gente no sabe”.

Para finalizar, Cardozo dijo que dieron marcha atrás por sentido común. “Haber escuchado serenamente a todos los sectores que tienen que ver con el tema, por ejemplo, las ciencias médicas, las cadenas productivas, la gente relacionada con la actividad portuaria. Muchísimos actores que tenían opiniones diversas”.

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