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viernes 26 de abril del 2024

La llegada del calor y la hidratación

De acuerdo con la licenciada en Nutrición Florencia Cardoneel agua es un nutriente crucial para nuestra vida, y su baja ingesta y/o reemplazo por otras bebidas aparece asociada no solo con la deshidratación, sino también con numerosas enfermedades crónicas”.

El agua es el principal componente del cuerpo humano, ocupando un 60% del peso corporal.

Una correcta hidratación es muy importante en todo el ciclo de la vida,  para garantizar un adecuado equilibrio o balance hídrico, entre el líquido que se bebe y el que se pierde;  y contribuir de esta forma a favorecer un óptimo rendimiento mental y físico.

Cuando las pérdidas de agua superan la ingesta, el cuerpo se puede DESHIDRATAR.  Aunque no existe una definición absoluta, la deshidratación suele definirse como una disminución del contenido total de agua en el cuerpo debido a una pérdida excesiva de fluidos, una disminución de la ingestión de líquidos o la combinación de ambos.

Una deshidratación de tan solo el 2% del peso corporal, disminuye las tareas relacionadas con la atención, la memoria, el estado de ánimo y el rendimiento aeróbico durante el ejercicio físico.

Las nuevas Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA) recomiendan que del total de líquidos ingeridos por día, 8 vasos correspondan a agua segura (2 litros de líquido).

Por su parte, la Lic. Beatriz Ravanelli, Directora de la Licenciatura en Nutrición de la Universidad de Belgrano,  afirma que en épocas de calor, “el aumento de la sudoración incrementa este requerimiento debido a la mayor pérdida de agua y sales que deberán reponerse para mantener el balance hídrico en equilibrio entre lo que se bebe y lo que se elimina, por lo que es necesario ingerir más de dos litros de líquido, preferentemente en forma de agua”. El grado de actividad, que resulta muy variable de un individuo a otro, es otro determinante de las necesidades de agua, que pueden estar aumentadas.

Cómo prevenir un golpe de calor

El Ministerio de Salud de la Nación lo define como el aumento de la temperatura del cuerpo por una exposición prolongada al sol o por hacer ejercicios en ambientes calurosos o con poca ventilación al punto que el cuerpo pierde agua y sales esenciales para su buen funcionamiento.

Cualquiera puede ser víctima de un golpe de calor. Sin embargo, se debe tener especial cuidado con los bebés y niños menores del año, personas mayores o con enfermedades crónicas (cardíacas, renales o neurológicas), niños obesos o desnutridos, personas con piel muy quemada por el sol, jóvenes que abusan de alcohol y drogas.

Para evitar un golpe de calor en zonas y/o épocas de altas temperaturas, es importante aumentar la ingesta de agua, evitar bebidas con alcohol, cafeína o con azúcar en exceso, bebidas muy frías o muy calientes, comidas pesadas, y no realizar actividad física intensa.

Consejos para tomar más agua

  • Incluir el agua desde niños en la familia, escuela y en distintos festejos.
  • Facilitar la adopción de una rutina de ingesta de líquido, del mismo modo que se debe realizar con la comida.
  • Tomar un vaso de agua cada dos horas, para garantizar cumplir con la recomendación diaria.
  • No esperar a tener sed para hidratarse.
  • Servir agua para acompañar todas las comidas.
  • Ofrecer a los chicos agua, en lugar de bebidas azucaradas.
  • Tomar agua antes, durante y después de la actividad física.