El Gobierno de Italia emitió un decreto este miércoles en donde excluye a aquellos que no se aplicaron dosis contra el COVID-19 a realizar ciertas actividades. A partir del 6 de diciembre, solamente las personas con prueba de vacunación o que se hayan recuperado de la enfermedad podrán comer en interiores de restaurantes, ir al cine o a espectáculos deportivos.
El nuevo decreto, además, estableció como obligatorias las vacunas para empleados de las agencias de policía, las fuerzas armadas y las escuelas, entre otros. Hasta el momento, solo eran requeridas para trabajadores de salud y los empleados de los hogares de ancianos.
Las medidas fueron tomadas con el fin de contener el incremento de las infecciones con coronavirus y prevenir encierros que afecten a la economía, justo cuando estaba comenzando a crecer de nuevo. “Hemos comenzado a regresar a la normalidad. Queremos preservar esta normalidad”, dijo el primer ministro de Italia, Mario Draghi, en una conferencia de prensa luego que el gabinete aprobó unánimemente las restricciones.
Italia registra un aumento de las infecciones con alrededor de 10.000 nuevos casos y menos de 100 muertes por día. Sin embargo, la situación es menos crítica que en otros países de Europa, como Holanda o Alemania, donde ya se han tomado otras medidas más severas para evitar un rebrote.
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