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viernes 26 de abril del 2024

Guillermo Coppola: “Lo peor que podías decirle a Diego era que se cuidara”

Histórico representante y casi un hermano de la vida de Maradona, admitió: "La pérdida de Diego fue lo peor, lo inesperado de 2020".

Representante, confidente, ladero de vivencias por el mundo y protagonista de miles de anécdotas con el genio del fútbol, en un recorrido con idas y vueltas, acercamiento y distanciamiento, alegrías y sinsabores. Guillermo Coppola habló este sábado en CNN Radio de su relación con Diego Maradona, “el amigo más importante en la historia” de su vida, según definió.

“La pérdida de Diego fue lo peor, lo inesperado de 2020. Cuando hacés un balance no pensás en que pueda pasar eso. Cuando estuvimos en Cuba hablamos mucho del tema, pero al revés: quedamos en que cuando yo me fuera, él me llevaría”, contó en alusión al entierro del excapitán de la Selección, cuando sostuvo una de las manijas del féretro.

En el programa Digamos todo, Coppola deslizó que “en ese camino del cementerio le decía que me había fallado, que no había cumplido con la promesa de llevar él la manija cuando yo partiera”.

“Hubo momentos difíciles con Diego. Cuando dijo sobre mí que me robó la plata de mis hijas fue un pelotazo”, expresó, pero rescató por sobre todo “los 16 años en que estuvimos juntos, con altos y bajos”.

En diálogo con Nacho Girón y Nicolás Singer, Coppola reveló que “cuando salías de una reunión y le decías cuidate, Diego volvía sobre sus pasos y agarrate… Lo peor que le podías decir era que se cuidara. Que me digan cualquier otra cosa, no eso, se enojaba”.

“Yo lo entendía. Cuidate era cuidate de eso que tanto daño te hizo. Y se ponía mal. Era un tipo duro, de lo más rebelde”, agregó.

“En el fútbol hay un antes y un después de Diego. Se ponía los cortos y te levantaba de la butaca”, consideró.

“Fuimos la pareja total… sin sexo. Nos peleábamos, nos divertíamos. Pero la convivencia nos separó”, lamentó.

“Diego te descolocaba. Una vez, en Arabia, estábamos con la familia de Maradona sentados en el piso, alrededor de la comida, mientras esperábamos al rey Fahd, que después entró con una espada como muestra de la amistad. Diego la clavó en el piso. Tenías que verle la cara al rey… Para salvar la situación, le tuve que decir al traductor que el regalo le había encantado, que lo había hecho como señal de un vínculo entre los dos pueblos. Después Diego me explicó su reacción: Me dijiste que me iban a dar relojes y anillos y me dieron esta espada”, cerró.