Por Lic. Maria Cecilia Chitarroni
Senior Coach Profesional
@ceciliachitarroni
Volver a revisar mentalmente eso que hubiéramos hecho diferente o mejor, resulta inevitable. Si lo hicimos como esperábamos, no tiene por qué arrastrarnos y puede ser un trampolín para hacer mejor en el futuro.
Más allá de entender que vamos dando pasos hacia un lugar mejor sea lo que sea que implique el tránsito hacia ese lugar, me interesa activar el GPS que nos recuerda donde estamos, más que las indicaciones al lugar de destino.
A qué me refiero, a los relatos que vamos reforzando o construyendo acerca de nosotros, a los juicios personales que formulamos durante el trayecto, que muchas veces nos alejan de nosotros abandonándonos en juicios infundados y circunstanciales, pero acumulando etiquetas.
Si echamos un vistazo a las personas que realmente nos inspiran confianza, ninguna de ellas nos ha señalado con el dedo cuando tropezamos, entonces: ¿para qué nos lo hacemos? Esta, y otras preguntas suelen aparecer en mis sesiones del club de los perfeccionistas. Aunque no lo creas, el perfeccionismo es uno de los mayores enemigos del Gps emocional. Uno de los hábitos que más nos aleja de nosotros es depositar nuestra autoestima en la opinión de la gente. Es como un tren fantasma, arranca bien, es toda una aventura, pero no tiene retorno y es una pesadilla, un pasaje sin retorno a la complacencia, la codependencia, el rendimiento, estar siempre ocupados y el perfeccionismo constante runeando en nuestra cabeza. Todos asesinos secretos de la innovación, el rediseño, la transformación, el aprendizaje y la resiliencia, esta es la primera línea de las cosas que mueven nuestro pulso vital. Todo lo que mueve el pulso vital se conecta con el GPS, y es el combustible perfecto para un viaje placentero.
Entonces ¿Cómo encender el GPS emocional como catapulta a un futuro mejor?
- DEJANDO DE LADO EL APORREO SISTEMÁTICO
Castigarnos y culparnos es un gasto de energía y un proceso absolutamente inútiles. Buscar y ponerle energía al pasado, castigarnos posiciona el punto de gravedad, nuestro tiempo, atención y energía, en destruir nuestra autoestima (si es que hay algo ahí), y con esto no apunto a negar algo que no salió como esperábamos o podríamos haber hecho mejor, NO …repasar y agrandar lo que no nos gustó o una interpretación desfavorable de nosotros es malo, no suma, RESTA. No entremos ahí y si entraste, salí rápido de esa jaula, hacé la puerta giratoria hasta que empieces a acostumbrarte a una conversación constructiva que tome posición en aceptar y mirarte honestamente y revisar hechos, no a vos.
2.DERRIBANDO CLICHÉS
“No me arrepiento de nada” es un lema atractivo, una receta práctica para el éxito y la autosatisfacción, rechaza el dolor de mirar hacia atrás y defiende nuestro observador, y lo que queremos sostener.
Ok, no te arrepientas de nada, pero “la próxima sale mejor” suena a hacernos responsables. “No me importa el qué dirán” y hacer la vista gorda a los territorios posibles de aprendizaje, por el compromiso con tener razón son facturas que tienen un interés altísimo a futuro, nos cuestan relaciones, trabajos, espacios de placer, etc.
3. DESTERRANDO LA CULPA PARA HACERNOS RESPONSABLES
Culpar afuera o castigar adentro, son dos tendencias que tampoco suman ni construyen. El tema es entrenar la responsabilidad, enfatizar en la premisa de que ser imperfectos, la posibilidad de cometer errores y enfrentar dificultades en la vida es parte de la experiencia humana compartida. Tomar registro real de lo que forma parte de nuestra responsabilidad, reconocer lo que hicimos y nos gusta, también reconocer territorios a ganar desde estándares claros, como qué esperaba que pase y qué puedo hacer para que eso suceda, de la forma más concreta y explícita posible, contándolo o escribiéndolo. Hacer el foco en el hacer efectivo en lugar de ser culpables e incompetentes en algo o culpar a un tercero, sin asumir nuestras elecciones y compromisos. El uso del lenguaje, ya sea escrito o hablado, nos obliga a organizar e integrar nuestros pensamientos.
4. ELIGIENDO VOLVER A APRENDER.
Es posible que hayas notado que es más fácil resolver los problemas de otros que los tuyos. Mirar hacia atrás nos sirve para avanzar, si se trata de repetir relaciones, seguro estamos claros de qué no queremos más, entonces seguimos dándole peso a lo que NO QUEREMOS. ¿Qué pasa si empezamos a conversar con lo que sí queremos y nos ocupamos de construirlo? Que sería posible, que necesito y cómo puede mejorar, puntos claves en esa gestión de aprender de las experiencias. Cuando perdemos la capacidad de aprender, nos condenamos a ser muertos vivos o a vivir en loop de experiencias.
5. HACER Y PRODUCIR CON NUESTRA IMPRONTA EN HONESTIDAD ENFRENTANDO LA VERGÜENZA DE SER LEÍDOS, VISTOS Y EXPUESTOS.
Cuando colapsamos, e identificamos quienes somos con “lo que hacemos”, no nos permitimos hacer a gusto, creemos que nunca “somos suficiente” porque mezclamos el tener un expertise con una expectativa improbable o una versión de nosotros inexistente e infeliz.
Independientemente del resultado no conozco a nadie que, en su hacer, se sienta a gusto, sienta placer y le salgan mal las cosas. Generalmente el compromiso es tan profundo que “andando se acomodan los melones” . Dejar de esperar que sea perfecto nos permite hacer con mayor libertad, mi hermana dice “lo perfecto es enemigo de lo bueno”. Si seguiría esperando que mi primer libro sea perfecto, las 400 personas que lo leyeron se hubieran comprado otro, y para mí es un montonazo.Lo perfecto no existe, después de ese tránsito de escribir entiendo “perfecto” como el proceso que nunca se cierra.
6. CONECTANDO CON LA DICHA Y EL JÚBILO. CELEBRANDONOS.
Permitirnos celebrar: primero, que somos suficientes, hacernos visibles en lugar de desconectarnos, dejar de buscar en nuestro imaginario el peor escenario, por miedo, desconexión o falta de merecimiento.
El júbilo o el disfrute nos llega en momentos comunes y cotidianos, cuando no los sabemos habitar, pasamos la pantalla como en el instagram, en lugar de quedarnos ahí saboreandolo. Encender el Gps emocional, reconocer ese momento, agradecer ese momento, grabarlo en la retina, con foto, audio, sabor y olor.
Las cosas más hermosas de la vida nos pasan cuando bajamos la barrera y no nos cuestionamos tanto, dejar de esperar el cuento de hadas y dejar el control sólo para ver la tele.
Cuando puedo reconocer un momento así, pienso: <¿ qué le diría a alguien que quiero y es importante para mí si estaría viviendo esto?, ¿cómo le hablaría, cuál sería mi reconocimiento?>, luego le pongo mi nombre delante, la compasión, es con- pasión y empieza por casa.
Empecemos a prender el GPS y dejemos de dar tanta vuelta.
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