“Este hombre había terminado una condena por otro homicidio a otra mujer. Ya había matado. Cuando no hay un seguimiento de alguien que sale de la cárcel, no le podemos pedir a la policía que se ocupe de una tarea que no le es propia. Nadie es responsable de nada porque no hay roles asignados”, comentó De Rosa.
En este mismo sentido, el psiquiatra consideró que “hay todo un sistema que no está preparado para esta fenomenal epidemia de violencia que vivimos hace un par de años. La sociedad, la Justicia, los políticos y los legisladores debieran tomar en serio esto”.
Perfil psiquiátrico
Por su parte, el especialista se refirió al perfil psiquiátrico de Damián Lezcano Mendoza, principal sospechoso del hecho: “Un sujeto que ya ha asesinado y la violencia ha sido parte de su vida, que utiliza a alguien como objeto, por qué no lo repetiría”.
“El problema es que eso pasa a ser una estructura de su personalidad. No es una patología, no son enfermos, son personas que están construidas de esa manera”, describió.
“Lo grave es la banalidad del mal. El mal no es tan espectacular. Cuando se habla de perfilados uno espera una especie de monstruo paradigmático, sin embargo son sujetos banales o normales. El problema es que se han acostumbrado en esa banalidad a cometer cosas horrendas”, sentenció.