Sebastián Romero, conocido como el “Gordo del mortero” por su imagen disparando un arma casera en una manifestación en 2017, anunció que será precandidato a senador por Santa Fe. El rosarino integra la lista del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU) que participará en la interna del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT).
“Hoy soy el único candidato preso político que hay en Argentina, pero no soy el único preso político, teniendo en cuenta que tenemos a Milagro Sala y Luis D’Elia”, sostuvo Romero en una reunión virtual el jueves pasado.
Su imagen disparando un mortero casero se volvió viral. La foto data de una marcha contra la reforma previsional el 18 de diciembre de 2017 frente al Congreso. Luego, fue imputado y escapó al Uruguay, para finalmente ser extraditado y hoy en día cumple sentencia en prisión domiciliaria hace un año.
En el video se ve al militante de PSTU con un cambio de look: se quitó la barba y las rastas que tenía el día de la violenta protesta. Desde el Partido, según dijo, apoyan “la campaña de los presos políticos en las candidaturas”.
«Todos fuimos perseguidos por el gobierno anterior, que nos persiguió, nos empobreció y nos dejó sin trabajo, pero este Gobierno no está siendo distinto. En cierta medida, hasta sigue teniendo presos a compañeros de sus organizaciones”, dijo Romero.
“Esta es una batalla más que el PSTU tiene que dar. Queda demostrado con nuestro caso que lo que se dice que es democracia, no lo es. Democrático es movilizarse y auto organizarse en los lugares de trabajo. Esta candidatura está al servicio de esto. No vamos a poder resolver nuestros problemas sin la movilización y la organización de los trabajadores”, anticipó.
“Los luchadores tenemos que tener la mas amplia unidad para enfrentar los ajustes que se van a venir”, concluyó el ex delegado gremial en General Motors.
El postulante a senador es conocido después que se difundiera su foto en una protesta violenta en diciembre de 2017, la cual dejó 162 heridos, 88 de ellos policías y al menos 52 detenidos por las pedradas, botellazos, cañas de las banderas políticas utilizadas para enfrentar el dispositivo de seguridad.
El juez federal Sergio Torres, que estuvo a cargo de la causa, dictó su captura internacional. De hecho, la ministra de Seguridad de la Nación en ese entonces, Patricia Bullrich, ofreció una recompensa de $1.000.000 para dar con su paradero.
El 25 de junio de 2020 llegó extraditado a la Argentina y, finalmente, Romero fue beneficiado con la prisión domiciliaria, donde es monitoreado con una tobillera electrónica.
