El primero en renunciar al canje de pasajes aéreos por plata en efectivo, fue el diputado por Santa Fe Luis Contigiani quien a su vez le pidió a sus pares que lo imitaran. A él le siguieron Fernando Iglesias, por la ciudad de Buenos Aires, y José Luis Ramón, por Mendoza. Ahora, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, tiene tres borradores más en su despacho.
La medida alcanzaría a los diputados de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires, y busca ponerle fin a lo que se convirtió en un “sobresueldo” del Congreso. Además, el presidente Mauricio Macri subrayó que, “los diputados tienen que plantear un aumento porque piensan que su salario no es suficiente, pero no está bien que lo compensen con los pasajes”.
De este modo, el presidente de la cámara baja podría eliminar los pasajes aéreos. En total, serían 95 legisladores, 25 representante de la ciudad y 70 de la provincia de Buenos Aires. No obstante, son solo un tercio de los integrantes e igualmente recibirían una compensación por viáticos.
Cada pasaje aéreo cuesta 4.500 pesos, y si los cambian reciben 1.350 pesos. Lo que, para un legislador, puede llegar a ser 40 mil pesos mes. Además, de su sueldo de 95 mil pesos. Teniendo en cuenta estos valores, la Cámara de Diputados podría ahorrar hasta 20 millones de pesos al año.
En el 2017, los que más dinero se llevaron fueron Elisa Carrió, de la Coalición Cívica; Alberto Roberti, del Partido Justicialista y Nilda Garré, del Frente para la Victoria. Un total de entre 340 mil y 355 mil pesos.
En medio de la polémica, el diputado Pablo Tonelli del PRO dijo que el dinero de los pasajes no “debe formar parte de la remuneración”. Además, consideró que si bien la dieta que cobran los legisladores es “buena”, es “inferior a la de los ministros y miembros de la corte suprema”.
Monzó limitó el uso de los pasajes aéreos que reciben los diputados