La policía detuvo a ocho ciudadanos peruanos acusados de traficar cocaína escondida en penes de plástico. Se realizaron siete allanamientos en las últimas horas en La Plata, Berisso y San Isidro. El líder de la banda cumplía arresto domiciliario en una lujosa casa en la que además funcionaba un restó de comida regional.
Todo comenzó con una denuncia anónima que incluyó seguimientos encubiertos, intervenciones telefónicas, tomás de fotos y filmaciones. De esta manera lograron identificar de la organización, seis de los cuales eran parejas.
«El rinconcito del sabor peruano» era la fachada detrás de la cual operaban los narcos y según estimaron fuentes cercanas a la causa a la agencia DyN recaudaban con su «negocio» alrededor de un millón de pesos por mes. El jefe de la banda invertía después ese dinero para cumplir su encierro a puro lujo en su casa de Berisso, con pileta, una cancha de fútbol valuada en más de 20 millones de pesos y baños en suite.
En el momento de su detención, incautaron más de un kilo de cocaína de máxima pureza, alrededor de medio kilo de marihuana, elementos utilizados para el corte de las sustancias y nueve penes de plástico. En cuyo interior encontraron escondidas dosis de droga.
También tenían en su poder un revólver calibre .32, balas de distintos calibres, joyas, dólares, pesos y cuatro vehículos. La causa quedó a cargo de la la UFI número 1 de Ana María Medina y el Juzgado de Garantías número 5, a cargo de Marcela Garmendia, ambos del Departamento Judicial La Plata.