Por Andrés Cánepa
Los docentes públicos realizan mañana un nuevo paro, en medio de una negociación paritaria que tiene sobre la mesa la mejor propuesta salarial del país. Pone en tela de juicio los métodos de lucha de un gremio que parece encontrar en el cese de actividades la única medida de fuerza posible.
Este rechazo sorprendió a propios y extraños, más aun teniendo en cuenta que el cierre anual estaba ubicado por encima de todas las provincias argentinas. La semana pasada los docentes recibieron una propuesta de actualización de 17% más, distribuidos en 10, 5 y 2 puntos para los próximos 3 meses. Los primeros 15 puntos, además, impactaban en el aguinaldo de diciembre. Sin embargo, en una votación reñida, se aprobó una moción de rechazo y paro para este miércoles 13 de octubre.
Los dirigentes sindicales, al ser consultados por la propuesta, reiteraron una y otra vez que era buena, inclusive por encima de las expectativas. Resulta curioso, entonces, que no haya al menos una situación intermedia. Por supuesto que está en la potestad de la planta de trabajadores aceptar o rechazar una oferta, lo que no se entiende es que en un marco de negociaciones abiertas y ante semejante número, la alternativa sea suspender las actividades educativas.
Se da en un marco especial, atravesadas las tareas educativas por una pandemia que dejó a los chicos afuera del aula casi un año entero. Más allá de que es la herramienta de lucha más efectiva que tienen los docentes, ¿no hay otra forma para continuar con el diálogo? Ni siquiera estamos inmiscuidos en un momento de crisis extrema como ha atravesado el sector en otros tiempos. Insisto, no pasa por los derechos a pelear por lo que corresponde. De hecho, ganan poco a comparación de la tarea que realizan y la importancia que tienen –y deberían reconocerle mejor- en la sociedad.
Por otro lado, la relación de la docencia ha sido tirante con el gobierno de Perotti desde el inicio. La falta de diálogo durante la pandemia fue uno de los rasgos más criticados por los gremios y las decisiones durante la misma siempre fueron tomadas de manera unilateral desde la cartera de Educación. Han sido muy duros con la ministra Cantero y ahora, tal vez, el rechazo puede ser un vuelto a estos casi dos años de vínculo distante. Eso no quita que sobre la mesa estaba la mejor propuesta salarial del país, sumado a un sistema de blanqueo de docentes y algunas otras conquistas.
Además, la inflación anual está haciendo estragos en los trabajadores en líneas generales, sin distinción del sector público o privado, y ninguna paritaria, ni siquiera la de los bancarios o los aceiteros, superó esa cifra de 52%. Es llamativo por donde se la mire tomar la decisión de un paro, que debería ser el último eslabón en una cadena de negociaciones que tenía un diálogo abierto y posibilidades de mejorarla aún más.
El ministro de Trabajo, Juan Manuel Pusineri, advirtió que analizaban descontar el día a los que se adhieran a la medida de fuerza, mientras que Cantero desde Educación habló de una decisión “desproporcionada”. Hay un malestar desde la Casa Gris, inclusive, porque lo que habían esbozado los referentes gremiales era un aumento de un 12%, mientras que en este caso el gobierno ofreció un 17.
Se viene otra semana de conflicto en la educación santafesina, y los que lo pagan son los chicos que estarán otro día del ciclo lectivo fuera del aula.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión