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viernes 03 de mayo del 2024

Aplicaciones de la discordia: las nuevas maneras de obtener servicios, detractores y defensores

La aparición de nuevas formas de contratar servicios pone en jaque a las tradicionales. El nacimiento de las aplicaciones para celulares es una de ellas y hoy pueden resolverse muchas situaciones desde el teléfono móvil, como pedir una pizza, encontrar alojamiento o pedir un auto para trasladarnos.

Pero su llegada a Argentina y específicamente a la ciudad de Rosario no convence a muchos ya que ha despertado el debate, en el caso de Uber,  incitó al sector taxista e incluso la intendenta Mónica Fein dijo: «Cuidado con los sistemas que nos plantean que el camino es la precarización laboral y que los trabajadores no tengan futuro de jubilación», aunque reconoció que es necesario y que trabajan para incorporar tecnología al trasporte público.

El debate se había lanzado cuando la concejala radical María Eugenia Schmuck declaró al portal ON24 que sería súper interesante que Uber llegue a Rosario. Las declaraciones de la edil calaron fuerte y desde diversos sectores salieron a contestarle. Por ejemplo, el concejal peronista Roberto Sukerman dijo que se trataba de una operación de lobby de sectores concentrados de la ciudad.

Pero también hay otras aplicaciones que generan discordia, por ejemplo Glovo, la aplicación que nació en Barcelona, en 2015, de la mano de Oscar Pierre, hoy de 25 años, como delivery on demand, y ya funciona en diversas ciudades de España, Italia, Francia y Portugal y acaba de comenzar en Chile y Perú, además de hacerlo en la Argentina. Desde su inicio, ya hubo 2 millones de descargas de la app, que supera los 500.000 pedidos mensuales, con 2500 cadetes (o glovers, según el nombre fijado por los dueños) activos,  de acuerdo a la empresa.

Uber en Rosario: «Este tipo de trabajo da lugar al trabajo en negro y hasta a la trata de personas»

«La app busca dar respuesta a cosas que la gente necesita comprar o hacer, pero para las que no tiene tiempo. Pueden pedir «lo que sea», desde la compra de una corbata de determinado color por cierta cantidad de dinero hasta medicamentos o envío de documentos o realización de trámites», explicó al diario El Cronista Matías Gath, country manager de Glovo para la Argentina. En caso de una compra, el cadete pone dinero de su bolsillo y, a través de la app, se lo reembolsa con la presentación del ticket, junto a sus honorarios por el servicio prestado.

Por su parte Gustavo Yedro, Secretario General del Sindicato de Cadetes de Rosario, sostuvo en el programa El Puente de Radio Mitre Rosario que este sistema viene a legalizar el trabajo precarizado. “Cuando uno contrata esta amplia gama de servicios que tiene también está contratando trabajo precarizado, eso es lo que nosotros estamos informándole a la sociedad, que cuando contratan este servicios, están contratando trabajo precarizado”, explicó.

El gremialista dijo que este tipo de empresas juega con la necesidad de la gente ya que una persona sin trabajo “agarra viaje con lo que le ofrecen”. Además Yedro informó que Glovo hace renunciar a derechos laborales a través de la firma de un contrato. Asimismo los hace responsable a los cadetes de cualquier deterioro, robo, pérdida. Por otro lado, continúa Yedro, este contrato que lo obligan a firmar, “les alquilan las cajas y tienen que pagar una frecuencia por el uso de la aplicación”.

Según el sindicalista, un envío por el que ellos perciben entre 60 y 80 pesos, Glovo lo está pagando 30. “Nosotros creemos que deteriora nuestro trabajo que ya viene siendo castigado y golpeado desde sus orígenes, esto lo aún deteriora mas, precariza mas y no viene a traer ninguna solución”, argumentó.

Operadores turísticos atentos 

Quienes también se vieron afectados por este tipo de nuevos negocios son los operadores turísticos argentinos. Pero la pelea con Airbnb también se da en otras partes del mundo. Concretamente y según el Ejecutivo comunitario de la Unión Europea, hay tres normativas que la empresa con sede en San Francisco (California) incumple: la directiva sobre prácticas comerciales desleales, la directiva sobre términos contractuales desleales y el reglamento sobre la jurisdicción en materia civil y comercial. Según Bruselas, ni la presentación de los precios ni la distinción entre anfitriones privados y profesionales cumple los requisitos recogidos en la legislación europea.

Paulo Luncevich, Vicepresidente de la Federación Empresarial Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra) dijo a Radio Mitre Rosario que en el caso de Argentina el alojamiento no esta tan controlado como el trasporte público y que la aplicación ha logrado un gran desarrollo del alquiler temporario que ha hecho “un desacomodo en el sistema turístico de los alojamientos”.

“No pasa por la competencia sino con que existan reglas generales que sean parejas para todos. No estamos pidiendo que se prohíba esta modalidad de alojamiento porque es una modalidad más y en algunos lugares tiene su encuadre”, dijo el empresario.

Y según su mirada Airbnb perjudica no porque sea más barato o caro sino porque “está fuera del alcance de las normas equitativas para  la actividad y genera inconvenientes además de la competencia desleal”. En continuidad indicó que  este tipo de aplicaciones tienen que ver con una informalidad de la economía que no es colaborativa sino que “es una intermediación comercial” que genera “informalidades anexas” como personal no registrado y evasión impositiva.

“Que pague lo que tiene que pagar, no pedimos extras. Por ejemplo tasas municipales, ingresos brutos, impuestos a las ganancias”, señaló al finalizar.