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viernes 26 de abril del 2024

Por qué es mejor cambiar los hábitos y cómo esto influye en la psiquis de las personas

Por: Gina Benditti

Dietas hay de todo tipo y para todas las personas. Desde la dieta de la manzana hasta la militar que consiste en bajar cinco kilos en una semana. Sí, así de imposible como suena y todas estas dietas, sin embargo, tienen un límite y en algún momento se terminan. Es ahí cuando surge el problema. ¿Qué pasa cuando finaliza el plan? La mayoría de las personas suele abandonar y regresa a sus hábitos anteriores, otros directamente deciden no empezar porque les resulta imposible.

La alimentación está relacionada con la psiquis, los estados de ánimo la condicionan  y viceversa. Rosario Nuestro dialogó con el nutricionista Marcelo De Paul quien cree que es mejor cambiar nuestros  hábitos alimenticios antes que someterse una dieta estricta.

– ¿Por qué es mejor cambiar la forma de alimentarse antes que hacer una dieta?

– Porque el estilo de vida es lo único que asegura que lo puedas hacer a largo plazo. Aparte, las dietas suelen ser restrictivas, limitadas en algún nutriente, por el tipo de organización, los alimentos y la forma de comer. Cuando uno encuentra la forma de solucionar el problema que tiene, el que sea que quiera abordar, un estilo de vida ordenado permite que encuentre hacer algo a lo largo del tiempo sin que parezca aburrido. La alimentación cuando es dieta es por determinado período de tiempo, salvo en casos de hipertensión por ejemplo donde se necesitan hacer dietas sin consumir sal. Pero una persona que no tiene ninguna patología, hace una dieta de quince días y después llega el día 16 y ¿qué pasa? vuelve a subir de peso.

– Dicen que crear un hábito cuesta 21 días. ¿Es verdad?

– Yo leí lo mismo. Una paciente me contó que existe una pulsera que se coloca para mantener el hábito, si lo rompes o salís, cambiás la pulsera de lugar y empezás de nuevo. No sé si tarda 21 días, lo que sé es que uno lo tiene que repetir hasta que deje de pensarlo.

¿Es bueno ir a hacer terapia al mismo tiempo que uno esté intentando cambiar el hábito?

– Sí, yo lo recomiendo mucho. Sería casi indispensable el control con el médico, el nutricionista, el psicólogo e incluso un profesor de educación física para que los guíe. Siempre se recomienda, por ejemplo, salir a caminar y a lo mejor no es recomendado por el peso que tiene o por algún problema que pueda llegar a tener en las articulaciones. El apoyo psicológico lo recomiendo siempre.

– ¿Qué relación hay entre lo que se come y la psiquis?

– Hay asociaciones hechas con los alimentos y las emociones. El recurso que utiliza cada persona es individual y personal. Por ejemplo, una persona que sufre de ansiedad suele recurrir a la comida, fracasando, porque el alimento no termina con la ansiedad. No es cualquier alimento, suelen ser alimentos que se vinculan con la recompensa que han generado a través de hábitos. Se da una asociación entre el tipo de alimento que eligen, que no suele ser una manzana, sino algo con azúcar, por un mecanismo de recompensa que se ha generado, sienten que solucionan el problema, pero lo están prolongando.

– ¿Es verdad que la alimentación depende del estado de ánimo?

– Hay muchos vínculos, todos conocemos a alguien que si está nervioso o ansioso se le cierra el estómago o abre el apetito. Entonces, lo emocional y la alimentación tienen ciertos vínculos que serían la recompensa o la satisfacción. La organización es fundamental para evitar estas cosas y te garantiza tener el alimento adecuado para el momento apropiado. Para cambiar algunas costumbres lo importante es repetir, repetir, repetir hasta que salga. La organización y planificación son trascendentales.

– ¿Qué pasa con la comida light?

– Cuando se dice comida light se habla de la que tiene menos calorías que su versión convencional. Por ejemplo, un queso light tiene menos calorías que su versión clásica. A lo mejor uno podría comer un producto original en sus porciones y no tener que acudir a lo light. Si uno consume productos con mucha cantidad de edulcorante, consume muchos químicos. Estos productos no te enseñan lo necesario para cambiar un hábito que es comer lo correcto en el horario indicado. Los alimentos light deben comerse ocasionalmente y el mercado te los vende como para comerlos todos los días. Como por ejemplo las gaseosas light, independientemente de que tenga o no azúcar, siguen siendo un “alimento” horrible, porque tienen ácido fosfórico en su producción, un ácido que extrae calcio de los huesos. El tema de los productos light hace que la gente no esté atenta a las porciones.

–  Para finalizar, tres consejos que le darías a alguien que quiere modificar su peso, ya sea subirlo o bajarlo.

El primer consejo es ir al médico y hacer un chequeo. Es fundamental ver el lugar donde se da la alimentación y también advertir como se manifiestan los vínculos, psicológicos, sociales y biológicos. El control médico es fundamental, después del chequeo el segundo paso es ir al nutricionista. A medida de que se le dé importancia a la alimentación, el nutricionista volverá a ser fundamental. El tercer consejo es hacer actividad física que se adapte a lo que uno quiere lograr. El cuarto va de yapa: tener paciencia. Una persona puede tener sobrepeso por veinte años y cree que lo puede resolver en una semana y la verdad es que no se puede. Se tienen que hacer las cosas con conciencia porque se trata de nuestro cuerpo. Nadie le pone aceite de cocina al auto, le ponen el mejor del mercado. Pero al comer, comen cualquier cosa.