Sin hacer tanto ruido como el Paris Saint-Germain con la contratación de Neymar, el Zenit fue noticia en más de un momento de este mercado de pases con sus comprar para reforzarse en la temporada previa al Mundial del año próximo.
Con el objetivo de que la Superliga de Rusia muestre en cancha a varias figuras en la antesala al evento futbolístico por excelencia, el conjunto de San Petesburgo desembolsó más de 80 millones de euros durante este receso, cifra poco habitual en años anteriores.
La mira estuvo puesta principalmente en los futbolistas argentinos, quienes resultaron ser de hecho los fichajes más caros del Zenit en este período de traspasos.
El ex volante de Boca Leandro Paredes fue el primero en llegar proveniente de la Roma a cambio de 23 millones de euros. Luego se concretó la adquisición del delantero de River Sebastián Driussi en 20 millones de la misma moneda, de los cuales al «Millonario» le corresponde el 75 por ciento.
Más tarde el defensor Emanuel Mammana se convirtió en nuevo refuerzo del club ruso por los 16 millones de euros pagados al Lyon de Francia, mientras que otros 8 millones fueron al Atlético de Madrid por el pase del mediocampista central Matías Kranevitter.
Por último, tras largas negociaciones, el Zenit llegó a un acuerdo con Independiente por la compra del 50 por ciento del pase de Emiliano Rigoni y a la entidad de Avellaneda ingresarán 8 millones de dólares.
La tremenda inversión le sirvió al Zenit para arrancar de buena manera la Superliga rusa ganando los cuatro partidos que disputó. Además, este jueves jugará la vuelta de la última ronda previa de clasificación a la Europa League ante el Utrecht de Holanda y deberá remontar el 1-0 de la ida.