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viernes 29 de marzo del 2024

Ya son 35 los senadores que votarían en contra de la despenalización

Este martes, el radical Ángel Rozas y la peronista Inés Blas, dos senadores que estaban indecisos, definieron su rechazo a la legalización del aborto y ya son 35 los que sentaron posturas y votarían en contra el próximo 8 de agosto, día del debate histórico en el Senado.

El no pasó a reunir 35 votos mientras que los que están a favor del proyecto de ley que obtuvo media sanción en Diputados son 32, incluyendo a los que quieren votarlo tal como llegó y a quienes proponen hacerle modificaciones.

Del 72 de los senadores, la neuquina Lucila Crexell y la oriunda de San Luis, Eugenia Catalfano, no efectuarían votos, en el primer caso por abstención y en el segundo por licencia por embarazo. Votarían 70, y con los 35 votos en contra, el no a la despenalización se aseguraría al menos el empate. Y en caso de que ocurra, la vicepresidenta Gabriela Michetti -quien ya se manifestó ‘a favor de la vida’- definirá todo.

Sin embargo, en la votación en Diputados, hubo quienes cambiaron posturas a último momento y eso mantiene expectante las posibilidades de que el aborto se convierta en ley el próximo miércoles.

Según cálculos que hace el diario Clarín sólo quedan tres senadores indefinidos: Omar Perotti, el salteño Juan Carlos Romero, y el tucumano José Alperovich, que podría sumarse al «sí».

El mismo diario adelanta que en la última jornada de exposiciones de expertos, la alarma se encendió entre los «verdes» y por ese motivo se llevó a cabo una reunión entre diputadas a favor del proyecto e integrantes de la Campaña Nacional por el Aborto Seguro, Libre y Gratuito. En el encuentro se plantearon los trazos gruesos de la estrategia a seguir para «salvar la ley».

«La posibilidad de revertir es con cambios. Avanzamos en este aspecto con el colectivo de mujeres, acercarnos a un escenario posible para que la ley salga. Lo peor es que no salga ya que va a configurar una situación de frustración para el país», resumió el peronista Miguel Pichetto, al terminar el cónclave.