Francia atraviesa una ola de violencia urbana desde hace cinco días, con fuertes disturbios por la muerte de un adolescente a manos de un policía. Al menos 700 personas fueron detenidas esta noche en todo el país, con un amplio despliegue de seguridad. Además de los enfrentamientos, un auto en llamas se estrelló contra la casa del alcalde de una pequeña localidad en los suburbios de París, L’Hay les Roses, y provocó un incendio.
El hecho que desencadó el conflicto sucedió el martes pasado, cuando un joven llamado Nahel fue asesinado por un disparo a quemarropa durante un control de tráfico en Nanterre, cerca de París. El policía que le disparó está detenido desde ese mismo día, acusado de homicidio voluntario.
La esposa y uno de los dos hijos del alcalde resultaron levemente heridos, mientras que él, Vincent Jeanbrun, que estaba en el Concejo Municipal para coordinar la respuesta a los conflictos, denunció un «intento de asesinato». La Fiscalía de París marcó que los primeros indicios apuntaban a que «el vehículo fue lanzado con la intención de quemar la casa».
El Ministerio del Interior, Gérald Darmanin, anunció que las detenciones tenían como motivo llevar objetos que pueden ser utilizados como armas o proyectiles. En la noche anterior, el número de detenidos llegaba a los 1300, la más alta desde el martes. Darmanin compartió un mensaje en sus redes sociales: «Noche más tranquila gracias a la acción decidida de las fuerzas del orden».
Asimismo, el ministro informó que 45 policías y gendarmes resultaron heridos, 577 vehículos y 74 edificios fueron incendiados y se registraron 871 incendios en vías públicas.
El presidente Macron, que aplazó una visita de Estado a Alemania, atraviesa su segunda gran crisis en los últimos meses, tras las manifestaciones contra la reforma para elevar la edad jubilatoria que impuso por decreto, sin pasaje parlamentario, aunque con el aval de la Justicia constitucional.
Municipios de distintas partes del país, pero particularmente los más cercanos a París, impusieron un toque de queda como intento para frenar la ola de violencia.
Otro punto a destacar es que Francia recibirá grandes eventos en el corto plazo, ya que será la sede del Mundial de Rugby 2023 y organizará los Juegos Olímpicos del próximo año, por lo que la situación preocupa también en el extranjero.
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