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viernes 29 de marzo del 2024

Vicentín: “A esta nueva generación no se la ve caminar por la planta”

Mientras se define la intervención o no de la firma y se llevan adelante investigaciones por presunto lavado de activos y fuga de capitales, Rosario Nuestro dialogó con uno de los referentes de los empleados que vive y trabaja donde el grupo echó raíces.

Por Ignacio Pellizzón

Leandro Monzón trabaja en Vicentín Avellaneda. Hace 16 años que está en la empresa. Sus comienzos fueron en una compañía tercerizada que le ofrecía servicios a la aceitera: Servi Pack. Años después, pasó formalmente al grupo. Es que Vicentín se fue de la localidad en el ’93, pero volvió en 1999 y creó la planta de biodiesel, momento en el que los tercerizados pasaron a formar parte del grupo.

Avellaneda es donde Vicentín tiene la casa madre y donde todo empezó. También, es donde Leandro Monzón vive y trabaja actualmente. Hoy en día, es el titular de la comisión interna de los trabajadores de la empresa y referente del sindicato de aceiteros.

¿Cómo se vive esta situación de Vicentín en Avellaneda?

A nosotros a fines del 2018, principios del 2019, nos comunicaron que iban a cerrar dos procesos productivos, que eran la refinería y el fraccionado de aceite. Desde ahí la incertidumbre total, porque hubo empleados que tuvieron que agarrar el retiro voluntario, con presiones. No se sabía cómo iba a seguir esto.

Así que cuando el presidente lanzó el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para intervenir la empresa y que se iban a mantener las fuentes laborales, se lo tomó como un desahogo. Por eso nosotros apoyamos la intervención provincial de Vicentín.

Ustedes que están trabajando ahí, donde está la casa madre de la aceitera, ¿vieron venir esta situación?

La verdad que no. Ellos acá estaban construyendo un edificio, que decían que iba a estar entre los cinco o seis mejores del país. Se hablaba que junto a Glencore en el grupo Renova iban a comprar un puerto en Bahía Blanca. Todo era para arriba, no se veía que podía llegar a pasar esto.

¿Cuánta gente trabaja en la empresa de Avellaneda?

Nosotros los aceiteros somos 170, es donde más trabajadores hay en la localidad, pero en Reconquista –que está separada por un puente de 700 metros- donde está el frigorífico que emplea a más de mil personas.

Políticamente hablando, ¿cómo están posicionadas Avellaneda y Reconquista?

Avellaneda tiene un intendente del socialismo pero que es un radical alineado con el PRO. El espacio político está desde la vuelta de la Democracia y no se fueron más, algo que repudiamos porque cuando nos cerraban los procesos productivos ellos no salían a hablar ni se solidarizaban con la gente que estaban despidiendo. Por eso lo criticamos. Y, en Reconquista, volvió el peronismo. Ya va a ser el segundo mandato consecutivo.

¿Crees que puede haber un vínculo amistoso entre el intendente de Avellaneda y Vicentín?

Yo creo que sí. De hecho, el intendente fue el promotor de las dos marchas que hicieron en contra de la (posible) expropiación.

¿Fueron muy convocantes las marchas que se realizaron en Avellaneda?

Para mí, aparentó mucho más de lo que fue. Porque, imagínate que en el último censo que se hizo hace diez años entre Reconquista y Avellaneda superaban los cien mil habitantes, con lo cual ahora que seguramente creció, en la última marcha hubo ocho mil personas, es decir que no fueron tan significativas.

El grupo Vicentín tiene unos siete mil empleados aproximadamente, ¿cuáles son las condiciones?

Por ejemplo, los trabajadores de Algodonera Avellaneda –que emplea de forma directa e indirecta a mil personas-, están en una lucha por salarios y condiciones laborales dignas. Esto no salió en ningún medio y pertenece al grupo Vicentín. Nadie conocía esta realidad.

Es una mentira que no tienen deudas con los trabajadores. A nosotros nos deben a cada uno –tanto en Avellaneda como en San Lorenzo- entre 100 y 120 mil pesos, dependiendo la categoría de cada uno, correspondiente a gratificación de fin de año, el retroactivo de enero a abril y el incremento del 25% a partir de mayo.

Y ustedes creen que, si se interviene la empresa, ¿van a estar mejor?

Sí, porque esa semana que estuvo la intervención nos pagaron, hubo un desembolso de una parte de la deuda y nos habían notificado de qué manera nos iban a abonar el resto y, también, cómo se nos iba a pagar de mayo en adelante.

Pero después pasó que sacaron la intervención y Vicentín nos pidió que hagamos un cuarto intermedio porque ahora se iba a poner al día y, finalmente, apareció el dinero.

Las investigaciones que se están desarrollando por presunto lavado de activos y fuga de capitales por parte de grupo Vicentín, ¿era algo comentado en Avellaneda o no se sabía nada?

Sinceramente no se sabía nada. Vos veías que la empresa se iba a para arriba. Estaban invirtiendo en el edificio (Torre Vilaseca en Reconquista), sumado a que iban a comprar el puerto en Bahía Blanca. Nadie presentía nada ni se hablaba de esto. Nadie imaginó lo que podía pasar en diciembre de que se declarara en default.

Ustedes que viven y se criaron en Avellaneda, ¿tenían contacto con los dueños de Vicentín, se los veía caminar por la empresa?

Los adultos mayores nos contaban que antes caminaban mucho la planta, pero ahora no. A esta generación no se la ve en la planta, se los ven en la ciudad, a algunos.