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sábado 20 de abril del 2024

Una segunda autopsia que demostró «impericias y negligencias»

La reautopsia a María de los Ángeles Paris, solicitada por la parte querellante, se realizó esta mañana en el Instituto Médico Legal, con la presencia del perito de parte, Dra. Virginia Creimer y personal forense de la Morgue Judicial de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. La familia aseguró que esta segunda autopsia constató lesiones no evidenciadas en la primera necropsia. “Se demostró, cuanto menos, la impericia, negligencia e imprudencia de los profesionales actuantes en la primera medida de prueba”, señalaron abogados y familiares en un comunicado. María de los Ángeles París era bibliotecaria y a principios de mayo de este año apareció muerta en la Comisaría 10°. Las causas de la muerte aún no fueron identificadas.

El caso de María de los Ángeles Paris ensancha la lista de los casos santafesinos atravesados por la violencia institucional. Y es que Paris apareció muerta en una Comisaría, la décima para ser exactos. La investigación de su muerte se enmarca en el Protocolo de Minnesota, el que se aplica en casos de ejecución sumaria, muerte en custodia policial y desaparición forzada. El reclamo que, desde un principio, levantaron los familiares de Paris y los organismos que conforman la Multisectorial contra la Violencia Institucional, es para que se cumpla con la obligación de llevar adelante una investigación pronta, efectiva, imparcial, completa y transparente, tal como dicta el Protocolo mencionado.

El pedido de reautopsia fue uno de los ejes más fuertes del reclamo mencionado. Y esta mañana se cumplió. La segunda autopsia fue acompañada por una concentración a la que se sumaron distintas organizaciones, como la Multisectorial contra la Violencia Institucional, AMSAFE, amigos y familiares. Esta vez se constataron lesiones que antes no habían sido evidenciadas. También se vislumbraron lesiones ocurridas en vida y en forma inmediata previas a su muerte. En un comunicado de prensa, la querella aseguró que las lesiones se corresponden con las encontradas habitualmente en los casos de tortura por el accionar de las fuerzas de seguridad. Erika Salazar, hija de María de los Ángeles y querellante, ya denunció penalmente a Lucas Kuverling, el médico forense que llevó adelante la primera autopsia.

Un primer informe de autopsia plagado de irregularidades

Erika Salazar presentó a fines de agosto un documento solicitando una reunión con el fiscal regional Jorge Baclini. El pedido incluye un detallado análisis de las medidas consideradas mal diligenciadas, ya sea por la demora injustificada en la obtención de resultados, la falta de seguimiento, el modo de su diligenciamiento o los agentes intervinientes, entre otras. Las “serias irregularidades” que presenta el primer informe forense aportado por el Instituto Médico Legal están en ese detallado análisis y son las que derivaron en esta segunda autopsia.

Para empezar, cabe señalar: el documento destaca que la primera autopsia da cuenta de la falta de realización de exámenes – como Rayos X – y medidas de conservación por ausencia de las herramientas para la ejecución de las mismas en el Instituto Médico Legal. También se solicitó conocer los resultados de distintos exámenes, como el del estudio de hormonas de estrés y toxicológico.

El documento indica que también se realizó un examen psiquiátrico por el médico forense psiquiatra, Carlos Alberto Elias. El examen es clave, porque la hipótesis que se maneja hasta el momento es, en síntesis, que María de los Ángeles estaba loca y murió en la comisaría por un ataque. Los testimonios que aparecen en la investigación de la fiscalía, y según dice el documento presentado a la querella, son los que utilizó el psiquiatra, son los que aseguran haber visto a Paris balbuceando incoherencias que incluyen diablos y al Gauchito Gil y expulsando espuma por la boca.

“Todo el informe carece de rigurosidad epistemológica, debido a que no se obtuvo información de primera fuente y los datos testimoniales no pueden ser considerados como palabra autorizada en la materia; los signos descriptos no se justifican teóricamente para dar cuenta de un diagnóstico; no da cuenta de la utilización de un método ni una teoría en los que se funde el diagnóstico al cual se arriba”, se lee en el documento presentado por la querella. Y a modo de ejemplo, cita algunos dichos que el médico psiquiatra tomó como referencia: “le salía espuma o algo de la boca”, “estaba muy sacada de sí, muy exaltada, empieza a gritar me quieren robar”, “situación rara”, “me hizo acordar a una situación similar a la de mi abuela, como un brote psicótico de delirios que invocaba … a dios y al diablo..”.

La querella sostiene que la teoría de que ella estaba “loca” y ese estado fue una de las razones de su muerte está apenas sustentada por filmaciones aportadas por la Comisaría 10 y la Cochería Oeste, y algunas de las entrevistas tomadas a testigos. Y en ese sentido, la querella se pregunta cómo de las filmaciones y testimonios puede elaborarse “un diagnóstico sobre la presencia de elementos semiológicos patológicos en una persona, en relación a la cual no se ha mantenido entrevista ni contacto alguno”.

La conclusión de la querella va al punto de discusión del principio, el del reclamo y pedido por Justicia. Y es que el estado mental de Paris no justifica “la privación ilegal de la libertad, ni la violencia de la que fue víctima”. “Más aún, elaborando estas pruebas se pierde de vista el acontecimiento principal: la muerte de una persona privada ilegalmente de su libertad, inmovilizada físicamente y dejada en el piso, aislada, sin asistencia, en custodia de la policía provincial, cuya principal obligación es la protección de la vida y la salud de toda persona, y sobre todo de las que tienen bajo su custodia. Es esto y no la salud mental de la víctima lo que amerita ser investigado”.