Una inyección cada dos meses es igual de eficaz y más fácil de administrar que la toma diaria de pastillas para el tratamiento como prevención (PrEP) contra el VIH, una estrategia que redujo la incidencia de esta enfermedad en varias partes del mundo, describió, según Télam, el investigador estadounidense Raphael Landovitz, en el marco del XVII Simposio Científico de Huésped.
«El PrEP es una estrategia de prevención y está destinada a cualquier persona en riesgo de infectarse por VIH. Nosotros identificamos algunos grupos como hombres que tienen sexo con hombres, mujeres transgénero que tienen sexo con hombres, heterosexuales que están expuestos a mayor riesgos y usuarios de drogas inyectables», indicó Landovitz. en una entrevista exclusiva con Télam antes de brindar su charla en el Pre-Simposio.
Landovitz es integrante de la Ronald Reagan UCLA Medical Center y director del estudio «HPTN 083» desarrollado por la Red de Estudios de Prevención del VIH de los Institutos de Salud de los Estados Unidos (HPTN-NIH) que probó un nuevo tipo de PrEP basado en una inyección con cabotegrabir.
El estudio, del que participaron más de 4.570 personas de Argentina, Brasil, Perú, Tailandia, Estados Unidos, Vietnam y Sudáfrica, arrojó en mayo pasado resultados preliminares donde se demostró que el cabotegravir era «tan bueno o más» que los tratamientos se utilizan actualmente como PrEP que consisten en un comprimido con las drogas tenofovir/ emtricitabina.
«Lo que vimos en todas partes del mundo es que hay contexto donde los regímenes orales de PrEP tuvieron muy buenos resultados para reducir la incidencia del VIH. Esto se vio en ciudades como Sidney (Asutralia), Londres, París, Nueva York y San Francisco», describió Landovitz.
Y continuó: «Sin embargo, lo que vemos es que no es fácil en todas las poblaciones utilizar tratamientos basados en la administración oral; en ese contexto el beneficio del cabotegravir no requieren la toma de un comprimido diario sino que con una inyección cada dos meses se puede obtener alta protección».
Landovitz recordó que el cabotegravir, junto con otra droga de acción prolongada que es la rilpivirina, hasta este momento sólo está autorizada como tratamiento para personas que viven con VIH en Canadá e indicó que esperan que «la FDA (ente regulador de Estados Unidos) la apruebe como PrEP en 2021».
En referencia a la presentación de efectos adversos, el especialista señaló que «los más comunes que se presentaron fueron el dolor en el sitio de la inyección, inflamación, dolor al palpar, que la mayoría de los pacientes fue de leve a moderado; sólo un 2% refirió dolor muy intenso y no pudieron seguir con el tratamiento; también se observaron en muy pocos casos un aumento de azúcar y fiebre asociada a esta inflamación en la zona de la inyección».
El investigador destacó que «si bien se trata de una inyección, no debe confundirse con una vacuna porque éstas últimas modifican el sistema inmune de las personas, es decir lo que hacen es generar una protección frente al virus; el cabotegravir en cambio es un medicamento que se aplica en el glúteo y que durante un tiempo prolongado va liberando la droga al torrente sanguíneo y eso es lo que va generando protección».
Por otro lado, Landovitz insistió en la importancia de seguir indicando el uso de preservativo, «no porque dudemos de la eficacia del PrEP sino porque el preservativo previene otras enfermedades de transmisión sexual como gonorrea, herpes, sífilis, clamidia, HPV, etc. que no se previenen por el PrEP y que los efectos que pueden tener sobre la salud son muy graves».
Si bien PrEP todavía no está disponible como política pública en la Argentina, está recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como parte del abordaje de la prevención combinada junto con el preservativo para quienes tienen alta exposición.
Las drogas que se utilizan actualmente para PrEP son algunas de las usan para el tratamiento de personas con VIH; en la actualidad el tratamiento estándar es una pastilla compuesta por tenofovir y emtricitabina.
Se administra en forma oral todos los días o en forma intermitente según el esquema de la OMS 2+1+1, es decir, 2 comprimidos antes de la exposición y una dosis a las 24 y 48 horas.
«Antes de la Covid-19 se había planificado un estudio con 500 personas para comenzar en Argentina la implementación del PrEP y cuando estaba todo listo para empezar surgió la pandemia», indicó por su parte a Télam el infectólogo argentino Omar Sued, Director de Investigaciones Clínicas de la Fundación Huésped.
El infectólogo describió que en el país «el tratamiento preexposición (PrEP) no no está contemplado en el Programa Médicos Obligatorios (PMO) por lo que no es cubierto por las obras sociales ni prepagas a excepción de quienes lograron coberturas a través de recursos de amparo».
«Esto -continuó- hace que si bien está autorizado por ANMAT y cualquiera lo puede comprar en la farmacia con orden médica, el acceso sea muy difícil porque tiene un costo muy elevado».
En este sentido, Sued señaló que «otros países de la región como Perú, México o Brasil ya tienen su programa de PrEP».
Y concluyó que «sería importante que se lograra una cobertura porque en Argentina tenemos entre 5.000 y 6.000 personas que se infectan cada año con VIH y muchas de esas infecciones se podrían prevenir con estos tratamientos».
El XVII Simposio Científico de Huésped, que comenzará oficialmente mañana y se extenderá hasta el 2 de octubre, es un evento que reúne a más de especialistas nacionales e internacionales y este año brindará las últimas novedades sobre coronavirus, VIH y otras enfermedades transmisibles.
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