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jueves 02 de mayo del 2024

“Una escuela debería ser un territorio de paz”, aseguró un docente tras los ataques a colegios

Higinio Chimenti, es docente de dos escuelas en los barrios Cabín 9 y Santa Lucía. Relata las vivencias del día a día en zonas calientes y afectadas en el último tiempo por balaceras y amenazas a instituciones escolares.

Docentes y alumnos se movilizaron en Rosario exigiendo seguridad en las escuelas después de los ataques y balaceras en zonas “calientes” de la ciudad. El docente Higinio Chimenti, habla sobre la difícil situación en la que se encuentran los estudiantes y la falta de recursos del Estado para ayudar a los que más lo necesitan.

“Una escuela debería ser un territorio de paz, de protección, de contención, de acompañamiento y de crecimiento, pero esta situación que desborda, el tema del narcotráfico, también termina impactando en la escuela como parte de la comunidad, como parte de la sociedad. No hay que olvidar que hace un breve tiempo balearon un supermercado porque el dueño es suegro de un famoso futbolista, y vos a decir que culpa tiene este pobre tipo que tiene un supermercado de barrio para que le baleen”, expresó, al aire del programa El Puente, que se emite por Radio Mitre Rosario, Chimenti.

En ese marco, comentó: “Este fin de semana lo que me sorprendió es que Rosario es un destino de turismo regional y este fin de semana largo de cuatro días vino la mitad de la gente que se esperaba, y por qué, porque Rosario está picante. Si está picante Rosario los lugares a los que van los turistas que vienen de Buenos Aires o de Córdoba o del resto del país y se niegan a venir, está picante para todo, para cualquier trabajador que va a trabajar y también está picante para las escuelas”.

“Nosotros en los barrios lamentablemente padecemos la resaca del negocio de la droga. La crema del negocio de la droga es la droga que se exporta a Europa y a Estados Unidos, que se paga en dólares y que es la máxima calidad y la que mejor reditúa para el negocio”, continuó.

Y, agregó: “Después, la droga de buena calidad que se vende en Rosario y en toda la Argentina, porque la droga es un problema social, se vende en sectores de la sociedad que tiene recursos para poder pagar la droga y no generar situaciones de violencia”.

“Esa es la realidad que tenemos, ahora si nosotros vamos a estigmatizar a la pobreza como la culpable de la droga, estamos entendiendo ni siquiera el 10% del problema. El problema de la droga es endémico donde aparecen actores, nosotros tenemos una policía de alta jerarquía condenada, por participar en el narcotráfico”, remarcó Chimenti.

También, sostuvo “que en la periferia haya violencia es porque entre pobres se disputan vender un gramo de paco, que en el negocio de la droga no significa nada. A los pibes de la periferia, le pagan su trabajo con droga de descarte, el taco es sulfato de cocaína, es lo más tóxico que puede haber y además es muy adictivo. Pero no tiene valor comercial, entonces ese rezago que produce la producción de la cocaína en vez de tirarlo se lo dan a los soldaditos que tienen, y que sirven para un montón de acciones, de las cuales no tienen conciencia y como no tienen conciencia no tienen culpa”.

Respecto a su experiencia de tantos años frente a un aula, comentó. “Uno no puede opinar sobre el qué está haciendo el padre o la madre o el hermano o el primo o el cuñado, porque tampoco uno tiene después una solución para darle una respuesta para darle. Lo que siempre planteo es que nosotros acá, los chicos que están en la violencia de la droga, enajenados por el defecto del consumo de la droga, en realidad ellos son también víctimas y tal vez las principales víctimas a las cuales algunos sectores de la sociedad creen que la solución es venir acá con un lanzallamas y matarlos a todos, quemarlos vivos a todos”.

“Una vez he oído a Raúl Alfonsín hablando mientras tomábamos unos mates hace más de 40 años atrás, decirme mira si al fuego lo combatís con fuego, eso es el infierno. Fue Raúl Alfonsín. Y yo te soy sincero, yo ya te reitero tengo 63 años, me producen hasta hastio escuchar las viejas propuestas, las viejas mentiras como si fueran nuevas propuestas o nuevas mentiras”, recordó.

Y luego, retomó las vivencias en las escuelas, sobre lo que remarcó: “El adicto normalmente no viene a clases. El adicto salió del sistema, se cayó del sistema. El adicto no está dentro de la escuela. El tema son los perfiles que vos ves dentro de la escuela, en donde vos los ves vulnerables y a disposición de lo que van a hacer mañana. Y no tener desde el Estado elementos, recursos para que a ese pibe vos le puedas dar un acompañamiento de contención que sin lugar a dudas no tiene. Y no poder anticipar lo que va a pasar. Porque uno a la vejez ve una piedra en el aire y ya sabe dónde va a caer”.