Personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) detuvo al suboficial J.C.B., que presta servicios en la Sección Balística de la AIC. Asimismo, se busca determinar la existencia de un nexo entre el agente con otra causa, en la cual se secuestró armas que debían estar bajo custodia policial y que fueron halladas en una casa de Garzón 900 bis, en el barrio Empalme Graneros.
El joven policía quedó a disposición de la justicia, en el marco de la causa por malversación de caudales. En los próximos días J.C.B. será llevado a una audiencia imputativa en la que se dará a conocer su participación en esta situación.
Además, al suboficial se le secuestró el arma reglamentaria marca Taurus calibre 9mm, con tres cargadores y proyectiles varios y 200 municiones de distintos calibres, junto a dos teléfonos celulares, propiedad de su padre.
En efecto, a J.C.B. se lo vincula con el hallazgo que se realizó el martes pasado en Garzón 900 bis, donde se secuestraron once armas que debían estar en la sección Balística de la Unidad de Regional II de Policía.
Vale señalar que producto del operativo, se llevó a cabo una inspección con orden judicial de la oficina de Balística, donde debía haber guardadas 3.600 armas. Al respecto, el fiscal Matías Edery explicó: “Las armas secuestradas en el allanamiento de calle Garzón al 900 bis debían estar en el depósito de Balística. Lo que encontramos al allanar Balística espanta porque no hay un inventario, ni un control absoluto y eso es preocupante”.
Y aseguró que “todo lo que se le puede ocurrir a una persona de a pie como elemento de control, acá no existe».
