A Jorge Federico Ayala lo mataron cuando al domingo le quedaban solo unas horas. Sucedió alrededor de las 21 cuando estaba parado junto a otro hombre en la puerta de una iglesia evangélica de Tafi al 3800, en el barrio de Tablada.
Dos motoqueros con sus rostros cubiertos pasaron por el lugar, redujeron su velocidad al llegar a la puerta del templo y, como si se tratara de una escena cinematográfica, acribillaron a la víctima en frente de toda la congregación. Luego de cumplir con su tarea de plomo y sangre, el conductor del rodado retomó la velocidad que traía, aceleró aún más y escapó de la escena del crimen, sin dejar rastro.
Jorge quedó tendido en el piso, tal vez, consiente de que su suerte estaba echada. Uno de los feligreses que estaba en el lugar decidió cargarlo abordo de una Suzuki fun y lo trasladó al hospital Roque Sáenz Peña.
Allí el joven, de 22 años, recibió asistencia médica de urgencia; pero falleció poco después de ser ingresado. Según fuentes oficiales, los médicos determinaron que su muerte tuvo lugar a las 22 del domingo.
El esclarecimiento del caso quedó a cargo del fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos, Luis SchiappaPietra, quien ordenó intervención de gabinete criminalístico de la Policía de Investigaciones. Además, solicitó un relevamiento de la zona del hecho, levantamiento de rastros y toma de testimonios.
El cadáver fue enviado al Instituto Médico Legal donde se le realizará la autopsia pertinente.
De todas maneras, al menos en primera instancia, los investigadores no cuentan con datos certeros para individualizar a los agresores.