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lunes 29 de abril del 2024

«Soy un hijo de puta»

Iván Lucas F. entró esposado, vestido con una chomba celeste con líneas blancas, manchada con sangre, y una malla al tono, con flores claras. Esposado, con la cabeza baja, se tomaba el entrecejo con los dedos gordos de ambas manos. Movía la cabeza y no levantaba la vista. Se sentó junto a Diego Villar, su defensor, bajó la cabeza (como si mirara entre sus piernas) y sólo se incorporó en una o dos ocasiones.

Pocas veces levantó la frente durante la audiencia. La primera y más importante fue cuando el juez Carlos Núñez Cartelle le pidió que diga su nombre. Él se incorporó y comenzó a jadear. Movía la boca, hacía ruido, hasta que finalmente comenzó a comunicarse. En voz muy baja dijo «Ivan», suspiró y cerró su declaración de la jornada: «Un hijo de puta, eso soy». Luego bajó la mirada. Solo volvió a levantar la vista en dos o tres ocasiones más, para mirar algún punto perdido de la sala de audiencias y volver a su posición original.

Acto seguido, Florentino Malaponte, el fiscal a cargo de la investigación del doble femicidio de Fernanda Laconca (33) y su hija Camila Furiasse (2), explicó que la audiencia iba a cambiar de naturaleza. Iván no iba a ser imputado. Sólo se leería parte del material probatorio que tenía recolectado el investigador y luego se trasladaría al homicida a la Colonia Psiquiátrica de Oliveros para que se le realicen pruebas psicológicas, médicas y químicas, todas orientadas a determinar en forma científica si el hombre es consciente de sus actos.

Franco Trovato Fuoco

Las pruebas

Ivan Lucas F. fue hallado en el living de su casa. Sentado en calzoncillos, bañado en sangre, junto al cadáver de su hija y su pareja. En la bacha de la cocina de la casa de Villarino al 3700, los investigadores encontraron un cuchillo de cocina que él habría utilizado para provocarle múltiples heridas en el rostro, los ojos, los oídos y el tórax a su familia; «incontables heridas», aseguró Malaponte.

Los policías que fueron a buscar al asesino llegaron hasta la casa junto a su padre, que había sido alertado por un amigo de Iván de que algo no andaba bien en la casa de barrio Acindar.

Según pudo averiguar el pesquisa en las pocas horas que lleva trabajando en el caso, Iván Lucas F. estuvo internado en el Instituto de Psicología y Psicopatología Philipe Pinel. En febrero fue dado de alta y en marzo autorizado a trabajar, siempre y cuando tomara medicaciones y continuara su tratamiento en forma ambulatoria. Iván no les hizo caso.

La obra social del detenido reveló al Ministerio Público de la Acusación que el joven tuvo que ser atendido de urgencia en varias oportunidades en los últimos meses, por diversos cuadros nerviosos como ataques de pánico y episodios de esquizofrenia.

Los policías de la Comisaría 18°, que entrevistaron al detenido en primera instancia, le contaron a Malaponte que él les aseguró que era el anticristo y que se iba a suicidar.

Por eso, la defensa, la fiscalía y el juez Núñez Cartelle decidieron que Iván Lucas F. sea sometido a una batería de análisis. Buscan determinar si, al margen de sus dichos, es capaz de entender lo que provocaron sus acciones.