En plena pandemia, un grupo de jóvenes rosarinos en conjunto con la UNR creó un respirador artificial de bajo costo para combatir al coronavirus. La herramienta podría fabricarse a gran escala y, de este modo, salvar vidas en uno de los momentos más angustiantes de la historia de la humanidad.
Se trata de once especialistas de distintas disciplinas que formaron la agrupación Inventu Ingeniería y en colaboración con la UNR se encuentran en la última etapa de fabricación del prototipo de un respirador artificial de “bajo costo, específico para COVID-19 y que sea fabricable en escala”. De probarse su eficacia, el invento poseería implicancias científicas y humanas invaluables en la lucha contra la enfermedad.
Los profesionales que desarrollaron la valiosa innovación son once. Simón Carpman (ingeniero mecánico), Darío Fernández (ingeniero eléctrico) Nicolás Amaro (diseñador industrial) Juan Alvarez (ingeniero electrónico), Ana Lombard (diseñadora industrial), Mariano Sáez (ingeniero mecánico), Albano Carle (gerente) Ciro Civria (técnico) Leonardo Contreras (ingeniero electrónico) Facundo Villegas (técnico) José Verdini (técnico), Germán Campero (ingeniero mecánico) y Roberto Bisso (proyectos de ciudades).
Esto es así porque una de las principales dificultades para enfrentar al coronavirus reside en la falta de insumos médicos y el posible consecuente colapso de los sistemas de salud. Los respiradores, necesarios en caso de complicaciones respiratorias agudas como neumonías, son de alto valor en el mercado, no se producen a gran escala y representan costos económicos difíciles de afrontar.
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