Desde que el gobierno saudí vertió la primera hipótesis de la muerte el sábado, toda la comunidad internacional comenzó a dudar. Según ellos, el periodista Jamal Khashoggi había fallecido en una pelea a puñetazos limpios frente a 15 personas. Ante estas sospechas, un alto funcionario, que prefirió conservar el anonimato, aseguró que en realidad el trabajador de la comunicación había muerto por estrangulamiento.
La confesión fue ante la agencia internacional de noticias Reuters, del Reino Unido. En ella, el anónimo afirmó que los agentes enviados a detener a Khashoggi lo amenazaron con secuestrarlo y drogarlo, y al resistirse a gritos lo estrangularon. Tras eso, uno de los agentes se habría colocado la vestimenta del asesinado para no generar sospechas y salir del Consulado con disimulo. «El cuerpo de Khashoggi fue enrollado con una alfombra y que lo entregaron a un «cooperador local» para que se deshiciera de él», sentenció la fuente. Según la versión del hombre, la intención no era matar al columnista de ‘Washington Post’, sino evitar que los gritos los descubrieran ante las demás personas del consulado.
«Ataron su cuello y le taparon la boca. Intentaban evitar que gritara pero murió», confesó esta persona y luego reconoció: «si ponés a un hombre de la edad de Khashoggi en esa posición probablemente morirá».
Khashoggi era un férreo crítico del príncipe de Arabia Saudita, Mohammad bin Salman. Su objetivo y compromiso era generar una mayor libertad de expresión en ese país. En sus últimas publicaciones, en ‘Washington Post’, había criticado duramente a bin Salman.
Si la versión del anónimo es cierta, la monarquía árabe quedaría implicada en emprender una política «caza críticos del régimen» que estén fuera del país, mediante las embajadas y consulados, utilizados como trampa para forzar el regreso y obligarlos a rendir cuenta frente a ellos. El fallecido posiblemente se haya resistido y por eso terminó asesinado.
Todas las fuentes informativas que surgen son contradictorias y diversas entre sí. Unos días atrás, otro agente le había dicho a la misma agencia de noticias que no existían órdenes para matar ni secuestrar al periodista. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, afirmó ayer que su gobierno revelará la cruda realidad acerca de la misteriosa muerte de Khashoggi. «Aquí estamos buscando justicia y esto se revelará con su cruda realidad, no a través de algunos pasos ordinarios sino con toda su verdad al desnudo», soslayó el mandatario.
